Tras el fiasco que supuso la primera versión cinematográfica de Deadpool en ¨Orígenes Lobezno¨, cualquiera pensaría que ese era su fin. Afortunadamente para los fans Ryan Reynolds luchó para hacer justicia al personaje y así consiguió el estreno de su primer film como el mercenario bocazas hace dos años. Apostaron por la calificación R que requería el personaje y les salió bien la jugada, por lo que vuelven a repetirla en esta secuela y gracias así cambiaron el género superheroico. Pero ¿logra esta segunda parte igualar a su predecesora? La respuesta es que sí, no solo la iguala si no que la supera.

La familia

Mientras que la primera parte el tema central era el triunfo del amor sobre todas las adversidades, esta nueva entrega se centra en la familia y en la necesidad que tenemos todos de formar parte de algo mayor y encajar en un grupo. Este aspecto se hace latente en el mismo Wade y en Russel, el personaje interpretado magníficamente por Julian Dennison. Precisamente la relación entre ambos es el punto central de la película y lo que hace avanzar la trama. El mensaje de la película es que una familia no tiene por qué estar formada por lazos sanguíneos, sino por aquellos que nunca te dan por perdido.

El comienzo de algo mayor

Otro punto destacable de la película es la formación de los X-Force formado por Bedlam, Shaterstar, Peter, Domino, Zeitgeist y Vanisher con su cameo sorpresa, el propio grupo de Deadpool sacado de los cómics.

Aunque preocupaba que debido a estas incorporaciones la trama estuviera sobrecargada se soluciona de la manera más Deadpool posible.

A pesar de todo, el final deja la puerta abierta para la futura adaptación de este grupo con la inclusión de Domino y Cable. Mención especial a estos, Zazie Beetz está soberbia en su papel y su química con Ryan Reynolds y Josh Brolin solo resalta más que es la mejor opción para interpretar el personaje.

Josh Brolin, por su parte, no tiene oportunidad de brillar como Cable hasta el tercer acto de la película donde se revela la razón de su objetivo. Sin duda, estas incorporaciones al Universo Mutante de Fox serán clave para su próximo supergrupo.

Aspecto técnico

En un primer momento la salida de Tim Miller del proyecto fue un duro golpe para la secuela, pero su reemplazo fue más que acertado.

David Leitch consigue dotar a las peleas de un aire a lo John Wick que se agradece mucho en este formato, mención especial a las coreografías de Deadpool, Cable, Domino y Coloso.

Una vez más las referencias son de lo mejor de la película, ya que nombran tanto al Universo Cinematográfico de Marvel como a DC, junto con la ruptura de la cuarta pared y la química entre los personajes es lo que hace que triunfe el humor. A pesar de todo, es un film más maduro y dramático que la primera parte al lidiar con la pérdida de seres queridos.