Continuando con la línea de actividades que realiza el Museo Arqueológico Nacional, mañana 12 de enero continúa el ciclo de visitas guiadas gratuitas -previa inscripción- para contemplar y aprender los aspectos más singulares de los tesoros arqueológicos que alberga el MAN.

Se trata de una actividad completamente gratuita y con aforo limitado. Por ello, es imprescindible apuntarse desde la página del propio museo.

La visita comenzará en el denominado "punto de encuentro" de mencionada institución.

Desde la Prehistoria hasta el siglo XIX

En ella, se mostrará al visitante un paseo por los principales tesoros arqueológicos que alberga el MAN: desde piezas prehistóricas hasta objetos arqueológicos del propio siglo XIX.

Objetos que, por su historicidad y singularidad, forman parte de nuestro Patrimonio Cultural y que han adquirido, con el paso de los años, la suficiente importancia por expertos y especialistas en cada etapa histórica. De gran singularidad tanto por su valor material cuanto inmaterial: bien porque son piezas que han supuesto de alguna manera un gran logro para la Historia, o bien porque por la creatividad humana que nos muestran, ya sea a nivel técnico o estético, resulta de vital importancia su conservación, salvaguarda y, por supuesto, su difusión a la sociedad. Porque de nada sirve conocer algo si luego no se difunde al público y a la sociedad en general.

Sus tesoros arqueológicos

A continuación les vamos a presentar una de sus piezas más significativas tanto para los que van a realizar mencionada visita del MAN como para los que no.

Por no hacer el artículo demasiado extenso, y dado que nuestra intención principal es animarles a que visiten el museo, únicamente les vamos a esclarecer una obra que ha inducido a varios errores interpretativos por diferentes estudiosos: la estela "Solana de Cabañas".

La estela "Solana de Cabañas" se encontró en un yacimiento de la provincia de Cáceres.

Siempre que nos encontramos con una piedra de carácter conmemorativo nos plantea cuestiones de si está ligado a un contexto funerario, a cultos funerarios. Pertenece a una estela funeraria y muy probablemente a la tumba funeraria de un guerrero.

Una estela de carácter funerario en la que parece se está rindiendo memoria a un guerrero que aparece representado a la derecha, nos habla de la importancia social de este personaje a través de la representación de unos objetos: un escudo con un formato reconocible con esa “V” -un escudo con escotadura- la cual permitía asomar la cabeza y observar al enemigo.

Aunque hay investigadores americanos que ven en las formas concéntricas reproducen la ciudad de Tartesos: tal vez un plano de la ciudad, no se nos presenta mayores dudas de que se trata a todas luces de un escudo. Otra pieza que aparece en esta misma estela, sí parece un espejo y que nos estaría hablando de las capacidades que podrían tener en la fundición de las piezas de bronce y en el trabajo de piezas de bronce que de tal manera podían pulirlas y reflejar superficies reflectantes. Por lo que estaríamos hablando tal vez de un hombre quizá de cierta posición social que podría haber adquirido este tipo de objetos suntuosos para su vida tanto personal cuanto profesional, por llamarlo de alguna manera.

Y en la parte superior dos armas, bien reconocibles una espada y una lanza. Pero hay otro objeto en la base de esta estela difícil de reconocer con esta estela pero sí muy bien reconocida en comparación con otras estelas, se trata de la representación de un carro: primero, refleja el nivel económico del personaje, un nivel e incluso una posible posición militar del personaje; pero además el carro podría estar aludiendo a un carácter funerario: por un lado a las ceremonias funerarias o quizá es una alusión al propio viaje que emprendería ese personaje en el momento en el que deja de existir. De hecho, el carro es un elemento que aparece ligado a muchos monumentos funerarios: lo vemos en estelas como en la denominada estela de Ategüa en Córdoba, en donde vemos de nuevo un soldado, unas armas (lanza y espada), una forma circular (escudo con elemento de planta cuadrangular), donde reconocemos unos animales (muy probablemente perros).

El personaje se encuentra tal vez sobre una pieza; pero lo que nos interesa ver aquí es el carro y la representación del mismo: una representación cenital de un objeto complejo con proyecciones o transparencias: está representando cenitalmente como si nos estuviera dibujando la planta pero las ruedas las representa en plano (una manera, un convencionalismo expresivo arrastrado a lo largo de los siglos).

Una manifestación artística sobre este elemento funerario que, tras numerosos estudios, podemos decir que pertenece al periodo geométrico, el cual discurre desde el año 1000 a.C. hasta los primeros años del siglo VIII a.C.

En definitiva, una forma de acercar las piezas de los museos a la ciudadanía y de fomentar su visita a los mismos.

Un incentivo cultural que esperemos que sirva para llenar los museos de gente y que el público asistente aprenda y repita. A ver si al final de año podemos decir que hemos superado las cifras de visitantes del pasado 2017.