¿Cuántos de vosotros habéis estado en Roma? O, mejor dicho, ¿quiénes de vosotros conocéis, habéis leído algo u os acordáis de haber estudiado en el colegio el Coliseo de la Ciudad Eterna?

Muchos recordaréis el Coliseo porque allí durante época romana se celebraban diferentes acciones como luchas de gladiadores e incluso naumaquias; pero, ¿a que nadie o casi nadie sabía qué funciones presentó a lo largo de los siglos?

Pero antes, vamos a explicarles brevemente sus inicios como Coliseo, para pasar posteriormente a explicar sus diferentes etapas y curiosidades constructivas.

El Coliseo: el origen del anfiteatro de Roma

Primero nos tenemos que retrotraer al año 29 a.C. para explicar los antecedentes de lo que sería un Coliseo romano. De hecho, en este año, 29 a.C., el cónsul romano Estatilio Tauro (en latín, Titus Statilius Taurus; ca. 60 a. C.-ca. 10) construyó un anfiteatro en el campo de Marte, que es un espacio donde se reúne el ejército antes de ir a la guerra, pero este edificio -con todas las dependencias- quedó destruido en el gran incendio que asoló la Ciudad Eterna en el año 64, surgiendo la necesidad de un gran anfiteatro para la urbe romana. Se construye el anfiteatro que nos ha llegado hasta nuestros días aunque no con el mismo estado de conservación.

En él se utilizaron diversos materiales y técnicas de construcción: mármol travertino (para pilastras y arcos), que es una piedra caliza más o menos porosa de color claro amarillento. Además muchos de sus sillares iban sujetos con grapas metálicas, e incluso si se fijan bien, en esos sillares observarán unos huecos, los cuales se practicaron para "agarrar" dichos sillares con las grúas durante su construcción.

Además de otros agujeros especiales para colocar el mármol que cubriría toda la construcción (porque el sillar no quedaría a cara vista, sino que estaría todo recubierto con mármol).

El hecho de que se ubicase sobre una laguna (laguna artificial creada por Nerón en la Domus Aurea), obligó a excavar hasta 14 metros de limos inservibles y realizar una cimentación de casi 13 metros de opus caementicium (piladas de argamasa, cal y piedras alternas; lo que hoy sería nuestro actual cemento).

Sí, los romanos inventaron nuestro actual cemento.

De hecho, es una gran obra de ingeniería de aligeramiento de muros: ya que dispusieron el material más pesado para la arquería inferior, construyendo ésta en piedra; mientras que la segunda y tercera arquería fue construida en ladrillo. Todo ello decorado con finos mármoles, estatuas y frescos en las paredes (pues no se concebía una obra terminada con sus paredes lisas y desnudas).

Asimismo también se tuvo en cuenta la visión de los espectadores y es que, el uso avanzado de la isóptica que tenían, les permitió que todos los espectadores pudieran tener una adecuada visión de los juegos que ocurrían en la arena. Para ello se varió el ángulo de las graderías de 30° a 35° conforme éstas iban ganando altura.

A modo de las actuales plazas de toros. También se tuvo en cuenta la evacuación de espectadores en caso de tener que realizar una salida de emergencia (realizando 76 salidas para un total de 50.000 espectadores).

Su cambio de función: de anfiteatro a templo

A comienzos del siglo XIII el Coliseo se llegó a fortificar, usándose incluso como castillo. Para más tarde, habilitar allí diferentes viviendas y talleres. Hasta el año 1349, cuando el extremo sur del anfiteatro colapsó merced a un terremoto, y los materiales fueron reutilizados en la reconstrucción de muchos otros edificios en Roma.

A partir de ahí, el monumento iría cambiando de manos hasta que en el 1312 pasó a manos de una orden religiosa, que se instaló en su área norte, reconvirtiéndolo en templo cristiano hasta finales del siglo XIX.

A finales del XIX se producen diferentes restauraciones. De hecho, ya en 1807 se tuvo que reforzar uno de sus muros para evitar que se derrumbara por uno de sus lados.

A día de hoy se ha consolidado como monumento turístico artístico, y protegido. De hecho, sus alrededores son exclusivamente peatonales, se ha prohibido circular por allí coches (debido a la contaminación). Símbolo de Roma, del esplendor de un imperio, con más visitas al día que la Mona Lisa de Leonardo da Vinci.

Datos importantes del Coliseo

Las obras del Coliseo comenzaron bajo el emperador Vespasiano (70-72 d.C.) y el emplazamiento elegido fueron entre las colinas del Monte Squilino y Palatino, es decir, el lago artificial de la Domus Aurea.

Aprovechando la circunstancia, Nerón se apropió de parte del terreno cuando se produjo el incendio del 64.

Fue elegido por la UNESCO como una de las 7 maravillas del mundo moderno, tal vez no sólo por el monumento en sí, sino por simbolizar el aporte del Imperio Romano a la civilización occidental.

Lo llamamos comúnmente Coliseo pero su denominación real es la de anfiteatro Flavio, ya que fue construido bajo la dinastía de esta familia (la familia Flavia) a la que pertenecía el emperador Vespasiano, artífice de la construcción, y su hijo Tito, el que lo inauguró. El nombre de Coliseo viene realmente de una estatua llamada Coloso de Nerón (Coloso --> Coliseo) que se encontraba en una de sus entradas y que ya no existe.