Parece que, en medio del bochorno creado por las continuas olas de calor, mucha gente acude a los oasis de las salas de Cine. Aquí, "Dunkerque" se ha convertido, sin duda, en protagonista del período vacacional. Parece difícil que un filme bélico como este supere en taquilla a un blockbuster como “La guerra de Planeta de los simios” o incluso a Pixar con "Cars 3", pero lo cierto es que la cinta que nos ocupa se consolida en el primer lugar con 1.678.945 euros recaudados en el fin de semana de su estreno, como señala comeScore España. Esto es casi la mitad recaudado en su estreno en EE.UU.

y Canadá. Aun así, habrá que vigilar de cerca el estreno de “Spider-Man: Homecoming” el próximo día 28, que amenaza con arrebatar el reinado de Nolan.

Dunkerque pasado por el filtro Nolan

El nombre de Christopher Nolan ya es sinónimo de éxito en taquilla y, en esta ocasión también de crítica. La principal premisa que sigue el director para rodar “Dunkerque” es la objetividad y para alcanzarla narra los hechos a través de tres ejes temporales y espaciales: los aviones en el plano aéreo, un barco de recreo que funciona como barco de rescate y los sucesos acaecidos en la playa. De esta manera, el afán de realismo se hace evidente.

Toda la narración se ejecuta a través de ciertos recursos, como la cámara lenta, los planos estáticos o ciertos elementos que funcionan como símbolo, que contradicen en cierta medida esa objetividad pretendida, pero que ayudan a configurar un filme más complejo.

De esta manera, se crea una rara avis dentro de la filmografía de Nolan en la que se evitan los giros bruscos de guion y finales inesperados para ceñirse a la realidad. El director crea una cinta efectiva a muchos niveles sin necesidad de caer en la sorpresa fácil o en los efectismos baratos.

Zimmer y Nolan se alían otra vez con éxito

Por otro lado, no se puede dejar de citar la magnánima banda sonora configurada por Hans Zimmer que, como otras veces, concibe una música que se convierte en significante medular de filme. “Dunkerque” sin Zimmer sería otra cosa totalmente diferente y, seguramente, mucho menos interesante y plurisignificativa.

Todo esto, alineado con un reparto en estado de gracia, y sí, Harry Styles incluido, funciona a muchos niveles y consolida al director como uno de los directores definitorios del siglo XXI. “Dunkerque” supone el ejemplo perfecto de que el buen cine también vende y de que no solo de blockbusters se vive en verano.