Este mes, Madrid se viste de luto. Y no es para menos después de conocer que el mítico Palafox fundirá en negro el 28 de este mes de febrero, pasando su última exhibición cinematográfica el día anterior. Será una buena ocasión para que “ocupen su localidad”, como diría Sabina, y se despidan de esta sala.
Aunque, como la vida misma, no todo va a ser tragedia. El Cine dejará de ser Palafox pero no dejará de ser cine, pues la cadena española Yelmo Cines, que fue comprada en julio de 2015 por los gigantes mexicanos Cinépolis (ahora convertida en Yelmo Cines Cinépolis), se ha hecho con una más para su colección de 414 pantallas que tiene distribuidas por 20 ciudades españolas.
Presidido por Juan Ramón Gómez, desde que en octubre de 1.962 abriera por vez primera sus puertas y sacase la bobina de la italiana Barrabás de la lata, la pusiera en el proyector e hiciera pasar a los espectadores unos atormentados 125 minutos junto a Anthony Quinn, no ha parado de emocionar a su público con millares de películas e incluso se ha adaptado a épocas de crisis, dejando las primeras sesiones a 6,40 euros o los días del espectador a 4,50.
Hablar de Palafox es hablar de historia y, por supuesto, de cultura (si bien algunos hacen aún oídos sordos). Con, exactamente, 1.322 asientos, el Palafox ha sido un gran luchador que tuvo que ser modificado en 1.995 y pasado al formato multisalas que los noventa impuso.
Eso no afectó a su hall inmaculado ni a su sala 1 con capacidad para más de 850 personas, siendo así la segunda más grande de la capital.
Pero no nos echemos todavía a llorar porque queda, seguramente, la que será la semana más emotiva de su medio centenar (más cinco) de años de vida. Desde el próximo lunes 20 hasta el próximo lunes 27, habrá una cartelera especial que servirá como cierre y despedida de esta pantalla.
Michael Curtiz pondrá el broche final y nos volverá a traer a Humphrey Bogart e Ingrid Bergman para invitarnos a unos tragos en el Rick’s Café. Palafox se despide entre la niebla, pero… “siempre nos quedará París”.