ORMUS, es el nombre que le han dado desde la antigüedad, a una materia que se forma utilizando agua de mar y sosa cáustica, entre el 10 y el 20 % hasta llegar a un pH 10,78 exacto. Se deja por unas 3 horas en reposo, formándose un precipitado blanco, se quita el agua sobrante y se dejan reposar de 12 horas mas, el sedimento se retira y se lava tres o cuatro veces con agua normal.
De un litro de agua de mar, se obtienen 150 o 100 ml de suspensión blanca de precipitado, esto es el ORMUS, ideal para la agricultura, que algunos llaman C-11, y que se utiliza sobre unos 250 ml por cada 100 metros cuadrados de tierra.
Las propiedades fertilizantes del agua de mar, formando éste precipitado ya fueron investigados por el Dr. Maynard Murray, en los años cuarenta. Él explica que, el cloruro sódico es perjudicial para las plantas, pero cuando va acompañado de los sólidos completos del agua de mar, la toxicidad se pierde. Probó en muchos lugares, consiguiendo excelentes resultados, no sólo en el tamaño de las plantas, sino en mayor cantidad de vitaminas, e incluso se hicieron más resistentes a las plagas y virus.
En los años 70, el Dr. Roger Taylor, de la Universidad de Brístol, escribe en las revistas Nexus y Caduceus, "La Magia y el Misterio de los Elementos Ormus". Tratando de desentrañar el asunto que se había tergiversando hasta tal punto de decir que tiene propiedades excepcionales revitalizantes, curativas y regenerativas. Lo que el Dr. Taylor desmitifica, trata en lo posible de llevar al conocimiento de los lectores que en la agricultura sí tiene muy buenas posibilidades.
El Dr. Taylor mandó hacer unos estudios con espectrometría del precipitado, encontrando Silicio, Calcio, Magnesio, Aluminio y otros elementos comunes pero había trazas que no supieron que era. Hizo otros estudios en Rusia, y encontraron metales preciosos del grupo, Osmio, Iridio, Platino, Paladio y Rutenio.
David Hudson, en mayo del 2011, volvió al estudio del Ormus, gastando más de 5 millones de dólares, en un estudio que le llevó 10 años de su vida. Registró algunos fenómenos que lo desconcertó, el polvo rico en Osmio, si se exponía al Sol, hacía un fogonazo y desaparecía. Otros más ricos en Iridio, al calentarlo perdía un 44% y al enfriarse volvía a recuperar el peso. Podría ser un superconductor eléctrico a temperatura ambiente.
El físico Harold E. Puthoff, director del Instituto de Estudios Avanzados de Austin, también estudio este precipitado de agua de mar, lo llamo Elemento en Estado M, o M Elementos, y dijo que podría tratarse de Materia Exótica.
Fuera como fuere, tengo una conocida que ha mostrado sus plantas "abonadas" con Ormus, y sin él, y están el doble de grandes.
En otros artículos míos he escrito sobre el agua de mar, como salvó a Rafa Nadal de la deshidratación. Las posibilidades se van multiplicando, el agua de mar es bueno para los seres humanos y ahora también en agricultura.