Hay personas que, luego de obtener un título profesional, desestiman la posibilidad de seguir estudiando. Sin embargo, aunque se nieguen, a lo largo de la vida ocurrirán situaciones que llevan al hombre a aprender, quiérase o no. En este sentido aparece la incorporación de nuevas palabras al vocabulario, una adquisición que no solo va contra la negación de explorar otros conocimientos, sino que además, según se acaba de descubrir, se trataría de un aprendizaje placentero. Así, es: aumentar el tamaño de nuestro léxico genera el mismo placer que comer algo rico o tener relaciones sexuales.

El descubrimiento fue hecho por un grupo de investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (España) y la Universidad de Otto von Guericke (Alemania). La experiencia y sus resultados -publicados en la revista Current Biology -señalan que al aprender términos hasta el momento desconocidos, se activa un centro del placer alojado en el cerebro, específicamente en el estriado ventral. De acuerdo a las explicaciones, este sector involucra tareas relacionadas con la sensación de goce, como la ingesta de chocolates, el juego de azar o el sexo.

Los alcances. Según los responsables, este novedoso hallazgo, puede considerarse de gran importancia ya que permitiría comprender, entre otros temas, la capacidad y el deseo de aprender otra lengua durante la etapa de adultos, como también explica de algún modo la evolución de una lengua en un mismo individuo.

Por otro lado, los científicos creen que este descubrimiento puede llevar a entender ciertos trastornos del lenguaje.

Partiendo de la base de que el lenguaje es un medio para la transmisión de ideas, su dominio más o menos experto implica distintos grados de pensamiento. En esta línea, el placer que puede provocar la adquisición de palabras no conocidas, y su posterior utilización en la comunicación, puede trasladarse a otro nivel de comprensión y entendimiento por parte de los individuos protagonistas. Entender y ser entendido durante la comunicación también redunda en el placer y la satisfacción, esto es más evidente en niños en etapa de alfabetización. Por el momento, ya se sabe qué se puede hacer en caso de no tener chocolates en casa.