Existe gran número de definiciones de liderazgo, tantas como las personas que han tratado de definir su concepto. El liderazgo gerencial es el proceso de dirigir diversas actividades laborales de los integrantes de un grupo u organización e influir directamente en ellas. La definición mencionada, tiene cuatro implicaciones muy importantes:

La primera, es que el liderazgo incluye a otras personas; a los seguidores o empleados. Los integrantes del grupo u organización, dada su propia voluntad para aceptar las órdenes de quien lleva el mando de liderazgo, ayudan mucho a definir la posición de ese líder y así permiten que transcurra gratamente el proceso del liderazgo; si no hubiera personal a quien mandar, las características del liderazgo serían totalmente irrelevantes.

La segunda, implica que el liderazgo en sí significa distinta distribución del poder respecto a los propios inegrantes del grupo y los líderes. Los integrantes del grupo no carecen nunca de poder, pueden llegar a dar forma (y muchas veces lo reslizan) a las diversos trabajos del grupo de diferentes maneras. A pesar de esto, el líder siempre es quien tiene más poder, por regla general.

La tercer cualidad importante del liderazgo es la capacidad para utilizar las distintas formas del poder para así llegar a influir en la conducta de los empleados, de distintas maneras. De hecho, muchos líderes han influido directamente en los soldados para que mataran y otros líderes también han influido en los seguidores para que hicieran sacrificios propios para así beneficiar a la compañía.

El poder que se adquiere para influir nos lleva directamente al cuarto aspecto del liderazgo.

El cuarto y último aspecto del liderazgo se combina entre los tres anteriores, pero destaca que en toda ocasión el liderazgo se refiere a los valores. El líder que pasa por alto los componentes morales propios del liderazgo pasará a transformarse y reconocerse por los demás como un malandrín o algo aún peor.

El liderazgo moral tiene ciertos valores y necesita siempre que se le brinde a los empleados la información suficiente sobre las distintas alternativas para que, llegado el momento de responder a la propia propuesta de liderazgo de un líder, puedan optar con la inteligencia necesaria que esto implica.

Es importante señalar que aunque el liderazgo guarda una gran influencia con las actividades administrativas y el liderazgo es muy importante para las actividades administrativas, y el concepto en sí de liderazgo no es el mismo al de administración.

La gran mayoría de las organizaciones están sublideradas y sobreadministradas, así lo decía Warren Bennis. Un individuo, quizás sea un gerente efectivo, buen administrador y planificador, muy organizado y justo, pero no posea las habilidades suficientes que debe tener un líder para motivar. Otros, podrían ser lideres efectivos en cuanto a su habilidad para desatar el entusiasmo y la devolución, pero no posean las habilidades administrativas necesarias para transmitir la energía que liberan otros. Frente al desafío constante del compromiso dinámico en nuestros días de las organizaciones, gran número de ellas están empezando a apreciar mucho más a los gerentes que también poseen habilidades propias de líderes.