Un fuerte terremoto azotó el pasado domingo a Ecuador y la zona norte de Perú dejando un saldo de 15 fallecidos y, al menos, 500 heridos en ambas naciones suramericanas, mientras en el Vaticano el papa Francisco pidió orar por las víctimas y familiares de esta nueva catástrofe.

El terremoto alcanzó una magnitud de 6,5

El poderoso terremoto de magnitud 6,5 comenzó en horas del mediodía del pasado sábado y registró su epicentro en el municipio de Balado, en la región suroeste de Ecuador, un área cercana a la frontera con Perú. De acuerdo a los reportes emitidos por la presidencia de Ecuador, 14 ciudadanos perdieron la vida en Azuay y El Oro, zonas que sufrieron grandes afectaciones, mientras que 446 quedaron heridos.

Fuentes oficiales afirman que una niña de cuatro años falleció en la ciudad peruana de Tumbes tras caerle un ladrillo en la cabeza, mientras 73 ciudadanos resultaron heridos.

Con la finalidad de apoyar a las víctimas de este terremoto, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, visitó durante el pasado sábado los territorios que quedaron con severas afectaciones y prometió que esta emergencia sería atendida de “manera inmediata”. Lasso dijo durante una reunión realizada con los políticos locales que el Gobierno comenzó a poner a disposición todos los recursos financieros de forma urgente con la finalidad de atender las afectaciones que se han registrado en las edificaciones públicas y privadas.

En las carreteras de la zona de Azuay las autoridades realizaban algunos trabajos y en esta zona el poderoso terremoto provocó al menos 22 deslizamientos de terrenos que dificultan el tránsito vehicular. Por su parte, representantes de la empresa Petroecuador dijeron que los obreros realizan trabajos de reparación en una chimenea y en una parte de un gasoducto situado en el Golfo de Guayaquil.

Pese al poderoso sismo, las operaciones no fueron suspendidas.

Un periodista de AFP informó que en la región de Machala, capital de la provincia de El Oro, algunas de edificaciones colapsaron dejando paredes destrozadas y techos derrumbados, mientras que las máquinas excavadoras comenzaron a retirar los escombros que quedaron tras el impacto.

Al menos 260.000 personas viven en Machala, donde varias personas se han resguardado temporalmente en una parroquia que el Gobierno de Ecuador dispuso como un alojamiento provisional para las víctimas, mientras se inspecciona la seguridad de varias viviendas que quedaron en pie, pero agrietadas.

El papa Francisco pidió rezar por las víctimas del terremoto

Mientras tanto, el papa Francisco ha pedido oraciones por las víctimas de esta tragedia y por los damnificados durante su oración del Ángelus. Aseguró que está cerca del pueblo de Ecuador y que sus oraciones son por todos los fallecidos y por “los que sufren”.