El miércoles por la tarde tenía lugar en un bar LGTB de Eslovaquia esta tragedia en la que han muerto al menos dos personas y una ha resultado herida. Todo ocurrió después de que un joven neonazi, de 19 años, asaltara a tiros un local en el centro de la capital eslovaca, Bratislava.

Tal y como han informado las autoridades locales, el asaltante fue hallado sin vida a la mañana del día siguiente. La Policía ha confirmado que, después de cometer dichas atrocidades en este bar, el agresor en cuestión confesó el delito y, más tarde, se habría quitado la vida.

Las características del delito cometido por el joven de extrema derecha han permitido a las autoridades policiales identificar lo sucedido como un crimen de odio, fundamentalmente por el objetivo hacia el que el joven dirigió su ataque, y porque había estado publicando en sus redes diversos mensajes de corte homofóbico y neonazi antes de llevarlo a cabo.

También después de cometer este crimen, el autor de los hechos habría continuado usando las redes sociales.

Eslovaquia se une contra el odio y el terror

Este terrorífico ataque contra la comunidad LGTBIQ+ ha supuesto un gran golpe para la sociedad eslovaca, que se ha concentrado este jueves en muestra de unión contra el odio, así como para recordar a las víctimas del asalto.

"Uno de los momentos más tristes de mi carrera periodística y mi vida: cientos de personas unidas en una marcha contra el odio, dos días después de que un ataque extremista en un bar LGTB en Bratislava matara a 2 e hiriera a 1", sentenciaba esta periodista eslovaca.

Los máximos representantes eslovacos ya han condenado enérgicamente el ataque

La presidenta, Zuzana Caputova, daba este jueves sus condolencias a "la familia y a los amigos de las víctimas del horroroso ataque de ayer en Bratislava, y a todo el que forma parte de la comunidad LGTBIQ+ afectado por ello".

Caputova también aludió a la importancia de cuidar las palabras que usamos, principalmente debido a que estas pueden infundir odio y levantar miedos entre la población si se usan de forma inadecuada, cuestión que, sobre todo, según la presidenta, debería tener en cuenta la la clase política: "Las palabras pueden convertirse en armas. El odio mata. Como políticos debemos medir cada palabra que decimos antes de que sea demasiado tarde".

También han condenado el crimen otros grandes mandatarios de la república eslovaca como Eduard Heger, primer ministro del país, que sentenciaba que no puede permitirse "ninguna forma de supremacismo blanco, racismo ni extremismo".

Fuera de Eslovaquia, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en la línea anterior, lamentaba que se siga produciendo este tipo de delitos de odio, consciente de que suponen "una amenaza para nuestras sociedades".