El caso es sin duda muy raro y conmocionante: un matrimonio recibió un diagnóstico de Cáncer terminal de pulmón con tan solo cuatro meses de diferencia. Se trata de Graham y Mery Brooke-Smith que fueron diagnosticados con cáncer de pulmón en etapa 4 en enero y mayo, respectivamente. Para mayor extrañeza, ambos son no fumadores.

La familia vive en Nueva Zelanda e inmediatamente fueron arropados por la sociedad, ya que para ayudar al matrimonio, padres de dos niños pequeños, lanzaron una campaña para financiar los tratamientos, ya que no cuentan con seguro médico, en la página neozelandesa ‘Give a Little’.

La gente se volcó a ayudar al matrimonio con cáncer

"Las muestras de amor y apoyo a la difícil situación de Graham y Mery siguen sorprendiendo", se lee en la página, "casi hemos alcanzado nuestro objetivo de recaudación de fondos. Muchas gracias a todos los que han donado para ayudarles en sus trágicas circunstancias".

El tratamiento para el matrimonio se calcula que puede costar unos 100.000 dólares neozelandeses, unos 62.000 euros cada año. En la página ya se han recolectado más de la cifra puesta como límite de 315.000 dólares neozelandeses gracias a la generosidad de los donantes.

Ni el hombre ni la mujer son fumadores

Graham Brooke-Smith, que no fuma, recibió el diagnóstico de cáncer de pulmón en etapa 4 en enero cuando la enfermedad ya se había extendido con metástasis a su columna vertebral.

El tratamiento es para pasar la mayor parte del tiempo posible con sus dos hijos, de 11 y 9 años, a quienes espera verlos crecer. Pero su expectativa de vida es de cuatro años, como le han dicho los médicos a Graham.

El golpe para el hombre fue definitivo cuando, a los cuatro meses, también fue diagnosticada Mery, con el mismo cáncer, pero no solo ya tenía metástasis en la columna, sino que también ya había avanzado al fémur, estaba más avanzado y requería una operación para reforzar el hueso afectado.

Mery tampoco es fumadora.

El matrimonio ya hizo planes de adopción para sus hijos

Graham, cuando se enteró de su cáncer pensó que no sería tan terrible, porque tenía la tranquilidad de que sus hijos crecerían junto a su madre, pero la noticia de que su esposa también tenía el mismo cáncer terminal y avanzado, hizo que la pareja tenga que afrontar el futuro de otra forma: ya hicieron gestiones para que un amigo adopte a sus hijos cuando ellos ya no estén.

“Cuando Mery fue diagnosticada, fue entonces cuando lloré, eso me dolió mucho porque nuestros niños iban a quedar huérfanos”, explica el hombre, que aspira a acceder a los tratamientos de quimio e inmunoterapia indicados para vivir la mayor parte del tiempo posible.

La clasificación de “etapa 4” del cáncer significa que es terminal y que ha desarrollado metástasis, es decir, que ha avanzado sobre otros órganos, según la Sociedad Estadounidense de Oncología. Lo que se desconoce es por qué ambos integrantes del matrimonio han desarrollado al mismo tiempo ese agresivo cáncer de pulmón y sin ser fumadores.