En Alemania la colaboradora nazi Irmgard Furchner se ha dado a la fuga, no asistiendo así a su citación en el Tribunal de Quickborn, donde se esperaba su comparecencia. Sin embargo, poco después la Mujer fue detenida. La anciana tiene 96 años y ha sido acusada por su supuesta complicidad en la muerte de unas 11.000 personas en el campo de concentración en las cercanías de la ciudad de Gdansk en Polonia. Furchner era la encargada de transcribir las órdenes de ejecución.

La colaboradora nazi fue detenida en las cercanías de la ciudad de Hamburgo, ya que según la versión de varios vecinos de la anciana, durante la mañana en la que debía acudir a los tribunales, Irmgard Furchner cogió un taxi y se fue de su residencia.

Cabe destacar que la anciana cuando tenía 18 años era secretaria del campo de concentración y en ese momento parte de Polonia había sido tomada por los nazis. En ese recinto Furchner se convirtió en una persona de mucha confianza para el comandante del campo.

El juzgado que procesa a Irmgard Furchner

Irmgard Furchner ahora está siendo juzgada por un tribunal de menores porque cuando cometió los delitos tenía 18 años, lo que según la legislación alemana condiciona el ente en el que deberá ser procesada. La colaboradora estuvo trabajando en el campo de concentración desde 1943 hasta 1945, año en el que el nazismo fue derrotado durante la Segunda Guerra Mundial.

La cercanía de la colaboradora nazi a los jefes del campo de concentración

Lo que vio Irmgard Furchner durante la ejecución sistemática de los detenidos en el campo de concentración es un dato importante para la justicia alemana, a diferencia de otros acusados como algún vigilante de seguridad que alegaba no saber todo lo que ocurría en los campos por órdenes de los jerarcas nazis.

En cambio, esta anciana sí que fue testigo de estas barbaridades porque en sus manos estaba la lista de ejecutados.

Las excusas de la colaboradora nazi para no presentarse en los tribunales alemanes

Según se ha podido conocer, la anciana en el mes de septiembre había asegurado que ella no se presentaría en el juicio. Irmgard Furchner alegaba como excusas para ausentarse su edad y algunas limitaciones en su cuerpo.

Sin embargo, la justicia del país germano consideraba que la procesada se encontraba en plenas condiciones para presentarse ante el juez.

Furchner alegaba que su deseo era que su abogado la defendiera sin necesidad de que ella tuviera que desplazarse a la sede judicial. Por su parte, desde el Comité Internacional de Auschwitz sostienen que la colaboradora nazi ahora procesada ha demostrado un desprecio increíble al estado de derecho y a los supervivientes.