Un encuentro entre Su Santidad el papa Francisco y el gran ayatolá Ali Sistani, líder de la comunidad chií en Irak, se ha llevado a cabo este sábado. La ciudad sagrada de Nayaf, sitio de referencia para el islam, fue el escenario escogido para su desarrollo. La reunión ha sido catalogada como histórica al reunir a dos líderes de suma importancia en el ámbito religioso y mundial.

El encuentro consolida las relaciones entre El Vaticano y el mundo islámico

Este intercambio se inscribe dentro de las acciones llevadas a cabo por el papa Francisco para crear vías de acercamiento entre la Iglesia Católica y el islam.

Como antecedente, se recuerda el pacto firmado durante 2019 entre Su Santidad y el gran imam de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, líder de la rama suní del islam.

Aun cuando fue descrito en el programa oficial como un encuentro de cortesía, la ciudad de Nayaf presentó sus calles repletas de carteles donde se observaban fotos de ambos líderes, un hecho que demostró el impacto de la reunión y del propio viaje apostólico del Papa a Irak, al considerarse como una de las visitas más trascendentales entre las realizadas por el líder católico en lo que lleva de pontificado.

El tiempo de duración del intercambio, celebrado a puerta cerrada, rondó los 45 minutos y, en lugar de un fastuoso habitáculo, se usó la propia casa del gran ayatolá, una humilde vivienda de un barrio populoso de Nayaf donde el Sumo Pontífice se presentó descalzo como señal de respeto al islam.

El Vaticano explicó en un comunicado, tras la reunión, que el papa Francisco se encuentra agradecido con "los esfuerzos" de la comunidad chií para proteger "a los más débiles" frente a la violencia que encierran los tiempos actuales. En su respuesta, Sistani acotó que "la paz es un elemento esencial en la vida de cada cristiano".

De igual manera, el gran ayatolá criticó "las injusticias y el constante asedio económico" de los que son objeto muchos pueblos de la región, en especial el palestino.

Una revolución basada en la 'fraternidad' entre confesiones y espiritualidades

El Papa se desplazó después hasta Ur, región de Mesopotamia considerada el centro del origen del islam, el judaísmo y el cristianismo.

Allí ha repetido lo que viene diciendo desde que asumió el liderazgo de la Iglesia Católica. Francisco ha defendido "la hermandad entre diferentes espiritualidades". El mandatario religioso considera "la fraternidad" una manera "excelente" de acercarse a Dios. Además, Su Santidad ha apostado por "la amistad entre los pueblos" como una forma eficaz para erradicar la violencia existente en la sociedad contemporánea.

Asimismo, ha dicho ver a su Iglesia como una institución que juega un papel protagónico a la hora de denunciar "comportamientos extremistas" alejados de la fe cristiana.

De igual manera, ha reclamado desde Irak un rol más activo por parte de la comunidad internacional y países con una economía fortalecida para alcanzar la paz mundial. Los problemas de salud que afronta el máximo representante del catolicismo no le han impedido hasta ahora realizar viajes a distintas naciones del mundo para desarrollar su labor apostólica.