Canadá fue uno de los países pioneros en establecer un modelo para la legalización de la marihuana de uso medicional, ya que su venta está permitida desde 2001. Este año, será de nuevo un referente internacional en cuanto al tratamiento del cannabis, ya que va a ser el primer estado del G20 en ampliar la legalidad de la marihuana para incluir su uso recreacional.

El "Cannabis Act"

La propuesta ha estado en el foco del debate público canadiense desde 2015, ya que formaba parte de la campaña electoral del presidente Justin Trudeau. El "Cannabis Act" aún tiene que ser ratificado por el senado, tras lo cual, entraría en vigor durante el transcurso de este verano.

El gobierno pretende de este modo controlar y regular el consumo de la sustancia, previniendo su uso en jóvenes y reduciéndo la actividad criminal en torno a ella.

Las consecuencias de esta nueva ley aun están por determinar, por lo que multitud de expertos de otros países pondrán su atención en este nuevo experimento para combrobar sus resultados. El ejecutivo canadiense ha apostado por un modelo poco corporativo y descentralizado, puesto que serán las provincias las que complementen los detalles de la regulación.

Cómo se implementará la ley para la legalización de la marihuana

Canadá quiere dar un duro golpe al narcotráfico con este gesto, por tanto, una de las mayores incertidumbres que aun está por determinar es su precio.

No puede ser tan alto como para que su venta en el mercado negro siga siendo mayoritaria, ni tan bajo como para incentivar su uso en nuevos consumidores. El gobierno central pone una serie de limitaciones, por ejemplo, el máximo legal de posesión será de 30 gramos y, solo se podrán cultivar de forma doméstica 4 plantas.

Además, controlorá todo el proceso de producción, desde el cultivo hasta el envasado.

Este tendrá que ser de acuerdo a un estándar nacional, y queda prohibida explícitamente su marketización para el público jóven. Sin embargo, serán las provincias las que terminen de regular, pudiendo subir la edad mínima de venta, como ha hecho Ontario, donde será legal el consumo a partir de los 19 años. También, la comercialización de los productos cannábicos se podrá llevar a cabo únicamente en establecimientos con licencia emitida por las provincias, o incluso directamente administrados por ellas.

En el caso de que una provincia no habilite pronto lugares de venta, sus habitantes podrán comprar marihuana por internet.

Si el modelo funciona, es de esperar que su ejemplo se extienda, por lo que multitud de otros países ya han puesto los ojos en Canadá. En los Estados Unidos, se han pronunciado varios políticos en contra de la nueva ley, pues temen un efecto contagio o un mayor activismo para legalización de la marihuana también en su país. Mientras que en Latinoamérica, se espera un futuro incremento de las relaciones comerciales con Canadá gracias a este producto, puesto que las leyes en torno al uso del cannabis se están relajando de forma generalizada en la región. Aún queda comprobar las consecuencias de su implementación sobre todo en materia de salud pública, pero si los resultados son buenos, la legalización puede presentarse como la mejor alternativa al modelo actual de criminalización.