POLONIA siempre ha tenido mucha extraña actitud ante lo que pasó cuando el Holocausto y la ocupación alemana de la II Guerra Mundial. Lo vimos cuando la TV pública nacional emitió la película “Ida”, ganadora del primer Óscar a la Mejor Película Extranjera para el país, que relataba cómo una novicia católica, que pronto será monja, se entera por una tía suya que en realidad es judía, y descubre que sus padres fueron asesinados por polacos colaboracionistas.

La derecha polaca, actualmente en el poder y con prácticas totalitarias, negó categóricamente lo que cuenta la película y preparó un coloquio, emitido después de la misma, desmintiendo lo que se contaba sobre colaboracionismo, calificándolo de calumnia.

Y ahora se sabe que el Gobierno prepara una Ley que considerará delito que se vaya diciendo que hubo polacos involucrados en el Holocausto (conocido popularmente como “Shoah”, Holocausto en hebreo) y el tristemente famoso campo de concentración de Auschwitz, situado en la misma Polonia y que hemos visto en muchas películas y series. Algo que ha horrorizado a países que sufrieron el exterminio de judíos como Israel.

Cárcel a quien diga que Polonia tuvo algo que ver en la Shoah

La Ley ha sido votada por el Congreso y Senado polacos, donde el partido ultraconservador del Gobierno tiene mayoría absoluta. Sólo falta que sea firmada por el Presidente de la República, Andrzei Duda.

Castiga con cárcel de hasta tres años a quien diga que Polonia tiene alguna parte de responsabilidad en la Shoah.

Quiere acabar con expresiones como “Campo de exterminio polaco”, que provoca urticaria en los gobernantes del país.

Israel ha reaccionado, lógicamente, con cólera. La Prensa nacional está plena de artículos y declaraciones de sus políticos, como Tzipi Livni, ex Ministro de Exteriores: “Israel debe presentar documentos que prueben los crímenes de los polacos”.

Pero el diario israelí Haaretz recoge declaraciones de periodistas de medios polacos, que lanzan absurdos pretextos para justificar la Ley, como que “Hubo prisioneros judíos que ayudaban a meter a las víctimas en las cámaras de gas, que ellos mismos hacían funcionar y que formaban parte de los Sonderkommandos (compuestos por gente de la SS y prisioneros judíos)”, según Marcin Wolski, Director de TV2.

Wolski llegó a preguntarse si habría que hablar de “campos de exterminio judíos” en vez de “nazis”. Piotr Nisztor, de la radio pública, llegó a decir que si hay polacos que apoyen lo que dice Israel, “que renuncien a la nacionalidad polaca”.

La Embajada polaca en Tel Aviv contraataca dando lecciones

Incluso la Embajada polaca en Tel Aviv ha dado su opinión, rayana en la superioridad moral, criticando lo que opinaba la International Holocaust Remembrance Alliance: “Sus afirmaciones insostenibles muestran hasta qué punto hace falta una Educación sobre el Holocausto, sobre todo aquí en Israel”.

Lo más curioso es que dicha Ley es aprobada justo cuando se ha cumplido el 73 aniversario de la liberación de Auschwitz, el más famoso campo de concentración nazi de la Historia y sito en territorio polaco, como si hubiera sido una reacción del Gobierno contra ella.

Recordemos que Polonia siempre ha tenido una relación nada amable con los judíos, incluso durante la época comunista. Y en la época actual, medios ultraconservadores hablan siempre mal de ellos, como personas y en general.

The New York Times recuerda que la mayoría de polacos de aquella época no tuvieron culpa del Holocausto ni de la ocupación alemana. Y recuerda que otros países tratan de suavizar su responsabilidad en el Holocausto, como Austria, que lo reduce a “primer país víctima del nazismo”, o la URSS, con un eufemismo parecido.