Con la mayoría absoluta en el congreso se pensaba que todas las leyes iban a pasar fácilmente, las reformas y propuestas no tendrían oposición, sin embargo fue en el seno del partido republicano que comenzaron las trabas para el presidente.

Desde el momento que no pudo derogar el Obamacare, porque su propio partido estaba en contra, hasta el proyecto de ley bipartidista para proteger a los dreamers, las cosas para Trump se ponían graves.

Roy Moore perdió pero los republicanos no

Con toda la confusión republicana, un año que económicamente ha sido favorable para Estados Unidos y denuncias de todo tipo, las elecciones para un escaño del senado por Alabama eran de vital importancia.

El candidato republicano Roy Moore estaba acusado de acoso sexual a menores, racismo, xenofobia, homofobia y si a alguien le quedaban ganas de votar por él, también es ultra religioso.

Cuando comenzaron a salir las denuncias de acoso contra Moore saltaron las alarmas en la parte sensata del partido republicano. Ese no es el tipo de personas que quieren en cargos públicos. Increíblemente resulta peor que Donald.

Para los republicanos en el senado que Moore perdiera les da algo de respiro, ya que la mayoría difiere mucho de su forma conservadora al extremo. Los demócratas por su parte ven esta victoria como una luz para las elecciones de mitad de periodo en 2018.

Doug Jones rompió con la hegemonía roja

Conocido por haber enjuiciados a dos miembros del Ku Klux Klan que asesinaron a cuatro niñas afroamericanas en un atentado perpetrado a una iglesia bautista en 1963. Hizo justicia en un estado con grandes heridas raciales.

Jones logró movilizar a la Alabama que aún clama por igualdad, los afroamericanos votaron en masa y lograron que ganara por estrecho margen 49,9 % - 48,4 %.

Siendo el primer Demócrata en ganar ese escaño en 25 años.

Además del voto afroamericano, Doug ganó con republicanos que no veían con buenos ojos a Moore. Sin embargo queda claro que el electorado está increíblemente polarizado y que en algunos casos la razón queda opacada por el fanatismo político.

Con las acusaciones que pesaban sobre el republicano y sus declaraciones, no debió haber sacado ni un voto a favor.

Esta no es una derrota total ni parcial para los republicanos, pero es un llamado de atención, está claro que con otro candidato ganarían cómodamente, pero tienen que evolucionar como partido. De cara al 2018 tienen que evaluar a los candidatos que reemplacen a los actuales legisladores, muy queridos por la gente.