Un pastor iraquí halló una fosa común en la zona de Al Hauiya, controlada hasta hace unos semanas por el Estado Islámico. En dicha fosa había un total de 74 cadáveres, de niños, mujeres y hombres, la mayoría eran civiles, pero también se encontraron presos políticos, los cuales se diferenciaban de los demás por estar vestidos con un ropaje rojo.

Las barbáries realizadas por el EI

Según informó el actual gobernador de la provincia norte de Kirkuk, Rakan Said, se han encontrado más de una fosa por la parte septentrional de la comarca, zona que hasta el mes de octubre fue gobernada por el grupo extremista, las fosas se hallaban en la antigua base militar estadounidense de Al Kabara..

Los medios de comunicación iraquíes alegaron que esa base era utilizada por el grupo yihadista para ejecutar extrajudicialmente a sus presos, que se encontraban en las fosas comunes junto a los civiles aniquilados.

En su comunicado, el gobernador iraquí mostró sus más sinceras palabras, denominando al acontecimiento como una de las muchas "barbaries" realizadas por el Estado Islámico. Tras acontecer para los medios de comunicación, Said llamó al Gobierno iraquí y a la Comision de DD.HH para que se dirijieran a las fosas, sobretodo para identificar a las víctimas y saber como fue su muerte.

Hasta el momento, las fosas siguen intactas, lo que quiere decir, que no han sido cavadas. El principal motivo ha sido la espera de los ministerios de Sanidad e Interior.

Hay alrededor de 500 víctimas hasta el momento

En total son unas cinco fosas, en las que están repartidos todos los cadáveres. Las almas de estas personas fueron subyugadas mediante disparos, decapitaciones o incineraciones, según relato el pastor que presenció a los terroristas en pleno proceso de ejecución.

En la avanzadilla de los ejércitos iraquíes se encontraron la fosa principal, situada en Al Huiya y a su alrededor cuatro más, la más importante en la prisión de Badush que desgraciadamente ocupaba 500 cadáveres, posiblemente de grandes masas de civiles, que se guarecieron de la guerra y fueron interceptados por los yihadistas, aunque también cabe la posibilidad de que fueran presos políticos.

Ahora ya solo queda que las tropas iraquíes y las sirias apaciguen al pequeño grupo yihadista que persiste a duras penas en las últimas ciudades ocupadas. Se estima que sean expulsados en su totalidad durante las próximas semanas, llegando a poder tardar incluso meses.