Este lunes Estados Unidos amaneció bañado en sangre. Muchos medios ya hablan de la masacre de Las Vegas como la peor matanza en ese país después del 11 de septiembre. A pesar de que las evidencias demuestran de que fue meticulosamente planeada, se desconoce el móvil de tal horrendo crimen.
Como en acto de locura el tirador que perpetró el crimen rompió una ventana del hotel Mandalay Bay, piso 32, pues desde esa altura por motivos de seguridad estas no pueden ser abiertas por los huéspedes. Luego abrió fuego contra la multitud a una distancia de 350 metros.
esto se hizo tras una esmerada selección de la habitación que tenía mejor vista a un festival de música, el Route 91 Harvest Festival, que se celebraba por estos días.
El público estaba compuesto por unas 22 000 personas, de las que se han contabilizado más de 50 muertos y una cifra superior a 500 heridos.
Como parte de su arsenal, el criminal Stephen Paddock, un jubilado de 64 años, contaba con 23 armas de fuego, eran rifles de asalto de uso militar modificadas para que dispararan automáticamente, y miles de municiones, además de sustancias explosivas. Pasada las 10 de la noche del lunes comenzaron los disparos. Al inicio la muchedumbre confundió el sonido de las ráfagas con la pirotecnia propia del festival, el público comenzó a correr, y el show se detuvo.
Este triste suceso ha trascendido a los medios de comunicación internacionales y ya se publican algunos nombres de los fallecidos, incluyendo al perpetrador. Sonny Melton, por ejemplo, era un joven efermero; Reachael Parker, técnica del Departamento de Policía de Manhattan Beach; Angela Gómez, una hermosa muchacha que solo buscaba una noche de diversión; Sandra Casey, profesora de educación especial en la Escuela Secundaria Manhattan Beach; Jenny Parks, maestra de jardín de infantes; Neysa Tonks, madre de tres hijos; Susan Smith, era gerente de la oficina de la Escuela Primaria Vista en California; Bailey Schweitzer estaba viendo algunas de sus bandas favoritas; La abogada de San Diego, Jennifer T.
Irvine, que estaba de vacaciones en Las Vegas; Lisa Romero-Muniz, secretaria de las Escuelas del Condado de Gallup-McKinley; entre muchos otros.
Los motivos de la masacre son muy difíciles de determinar, pues Paddock se transformó sin aparente razón de contador jubilado en asesino masivo. Con este hecho asombró hasta a los familiares más cercanos.
Tuvo la sangre fría de disparar durante nueve minutos después de la primera llamada al 911. La policía considera que actuó solo y destacó que el ataquente no cuenta con antecedentes delictivos. No se ha encontrado ningún vínculo del hecho con grupos terroristas.
Ya se han conocido las muestras de solidaridad con las víctimas de este acto. las personas se han presentado voluntariamente para donar sangre, dinero y suministros. Este martes por la tarde se había recaudado más de 3,9 millones de dólares.