En medio de una Venezuela que es noticia por la violación de los Derechos Humanos por parte del Gobierno, los choques entre una gran parte de la población opuesta a las decisiones y medidas asumidas por Nicolás Maduro y las fuerzas de seguridad, que aseguran repeler las manifestaciones, aunque con infinidad de denuncias por abuso en el uso de la fuerza, y en un escenario que lleva más de 60 muertos en dos meses en las confrontaciones, y que no vislumbra a mejorar. No pareciera existir nada bueno que contar en lo que sería el conflicto interno de Sudamérica más atroz de las primeras dos décadas del siglo XXI.
Los venezolanos, aun los que viven en el exterior, son conscientes de esto, los titulares internacionales sólo hablan de la crisis que azota a este pueblo de la mano de su gobernante. Entre tanto dolor siempre hay oportunidad para evidenciar esa condición del venezolano, que lo hace ser merecedor de calificativos positivos por su amabilidad y solidaridad.
En Venezuela no hay facilidad para acceder a la comida, la intermitencia de los productos más básicos en los supermercados y cadenas no tiene explicación racional para cualquier amable lector de este medio que viva en Europa y vea como es sencillo ir a un mercado y adquirir cualquier tipo de alimento, desde el más caro hasta el más económico.
Esto es una tarea imposible en la nación sudamericana. A ello se suma, que producto de los enfrentamientos desde hace dos meses, los distribuidores de los pocos víveres que se consiguen decidan no trasladarlos para evitar saqueos o situaciones que coloquen su vida en riesgo.
En este escenario prebélico seguramente cualquier persona pensaría primero en garantizar su alimentación y la de su familia sin importar la forma.
Pero no es el caso de esta historia. De entre las ruinas del enfrentamiento entre hermanos venezolanos, surge un caso feliz, una experiencia de solidaridad de dos jóvenes que, viviendo la escasez en carne propia, decidieron pensar primero en la gente que menos tiene, los que deambulan por la calle buscando entre la basura para comer, mendigando migajas de aquello que es desecho.
Y que no son pocos debido a las circunstancias.
“Unidosxmas” es una experiencia feliz de solidaridad, en el que una mujer venezolana movilizó a un colectivo de voluntarios, y han demostrado con hechos lo que significa pensar en los demás. Ellos, sin ideología Política, sin militancia, sin bandera en la guerra que divide a los bandos en Venezuela, decidieron reunir sus pocos recursos y salir “con lo que tuviéramos en la mano” a darle una ración de comida a los que nada tenían que comer.
Hoy nos cuentan su experiencia, y de cómo es posible pensar en otros cuando se atraviesa por la misma crisis, y se tienen casi las mismas carencias. Es dar todo pese a no tener nada. Por su seguridad, debido a lo que se vive en Venezuela, mantenemos sus nombres bajo reserva.
Venezuela: "El hambre no espera y no se mata con discursos ni debates”
¿Qué es "unidosxmas"?
Somos un grupo de venezolanos que nos unimos para poder llevarle comida a personas en situación de calle, especialmente a niños, mujeres embarazadas y ancianos. Cocinamos durante la semana y salimos a las calles los sábados y domingos a entregar un plato de comida a quien lo necesite.
¿Cómo nace unidosxmas?
Luego de largas conversaciones sobre la difícil situación que atraviesa el país y de ver en reiteradas ocasiones como niños comen directamente de la basura en cada esquina de Caracas, decidí pasar a la acción, lo primero que hice fue acudir a las redes sociales, en mi Facebook personal, redacté un mensaje corto sobre la idea que tenía, con el fin de que más personas se unieran y pudiéramos ejecutarlo, ya que por la situación tan crítica del país, era prácticamente imposible que yo sola pudiera ayudar en algo, la respuesta ha sido maravillosa y vamos logrando nuestra meta.
Actualmente somos dos personas cocinando y las entregas en las calles las coordinamos con algunos voluntarios, apenas estamos empezando, un poco más de un mes y ya llevamos más de 300 raciones de comida caliente entregadas.
¿Cómo en un momento de crisis se les ocurre ayudar a otros en vez de pensar primero en ustedes?
Porque es el momento exacto para ayudar, el momento de unirnos, nosotros no pudimos ser indiferentes ante tanta hambre, no podemos solo voltear la cara y seguir adelante, todos somos uno. A pesar de la difícil situación que nos afecta a todos, porque nadie escapa de los altos costos de los alimentos, hacemos lo posible para llevar esperanza, porque se lo merecen, nadie debería tener que irse a dormir con el estómago vacío.
¿Cómo lograron contar con personas para hacer esto posible?
Ha sido increíble, solo bastó dar a conocer la idea que tenía y en menos de una semana ya estaba una amiga cocinando y dos voluntarios entregando, me llamaban a diario para preguntarme qué donativos nos podían hacer llegar, pero es que el venezolano es así, dispuesto a ayudar siempre, muchísimas personas quieren ayudar a los niños de las calles pero no saben cómo pueden hacerlo, o no tienen los recursos suficientes, mi idea era crear ese puente y este ha sido el resultado.
¿Cómo se puede colaborar con ustedes?
La mejor manera de colaborar, es compartiendo nuestra labor, hacerse eco de lo que hacemos.Pueden seguir a "unidosxmas" en Instagram @unidosxmas.
Si desean colaborar desde adentro del país:
- Alimentos, cualquier tipo de vegetales, granos, pasta, etc.
- Envases Plásticos
- Cubiertos plásticos
Por ahora no contamos con una cuenta bancaria habilitada para este fin, pero pronto tendremos una para aceptar las ayudas que no pueden ser materiales ni presenciales. Fuera del país tenemos en España una colaboradora que ha recolectado fondos para ayudarnos.
Mientras otros se centran en los problemas, ustedes acuden con soluciones ¿Es unidosxmas también un ejemplo para todos?
No sabría decirte si un ejemplo, pero si buscamos ser una esperanza, un rincón donde más allá de nuestras ideologías podemos unirnos y ayudar a quien lo necesite, hacerles la realidad un poco más llevadera y que esas personas que lo han perdido todo, sepan que hay ojos nobles viéndolos y manos dispuestas a ayudarlos.
Creo totalmente que el ser humano es capaz de cambiar realidades, no solo las propias, sino de todo nuestro entorno, somos capaces de cambiar el mundo, solo debemos dejar de criticar lo que no nos gusta y promover aquello que sí, pasar a la acción. Pudiéramos estar hablando sólo de los problemas y la crisis, pero no ayudaría a nadie, el hambre no espera y no se mata con discursos ni debates.
¿Qué desean en unidosxmas?
Devolver esperanza, acabar con la indiferencia, deseamos un mundo más justo, más noble, deseamos niños felices y sin hambre, una vejez digna, así que hacemos lo posible desde nuestro rincón, aportando nuestro granito de arena. Teniendo la certeza de que todo va a mejorar. Trabajando duro para poder, semanalmente, llevar un plato de comida a nuestros niños, esperamos poder llegar cada vez a más personas.
Experiencias como unidosxmas nos garantizan que siempre hay un halo de luz en las tinieblas de la ignorancia, el odio, la violencia y el resentimiento. Y está justo en las manos de los mismos seres humanos.