Ayer jueves por la tarde, Fernando Lucio, secretario de la Cámara de Diputados de Brasil, notificó al presidente Michel Temer sobre la denuncia por delitos de corrupción pasiva. La denuncia había sido presentada el lunes 26 de junio por la Fiscalía de Brasil ante el Tribunal Supremo Federal (TSF), que remitió el caso a la Cámara de Diputados para que decida si el proceso judicial debe seguir adelante.
La denuncia
El procurador general, Rodrigo Janot, denunció a Michel Temer y a Rodrigo Rocha Loures, exdiputado del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de haber cometido un delito de "corrupción pasiva", por el cual podría haber solicitado o recibido una ventaja indebida directa o indirectamente, gracias a ocupar un cargo público o bien aceptado la promesa de esa ventaja.
La pena por este delito puede variar entre dos y doce años de prisión dependiendo de la gravedad del caso.
La acusación se basa la grabación de unas conversaciones del presidente con los propietarios de JBS, la mayor procesadora mundial de carne, en la Temer recomienda a los dueños de la compañía que sigan pagando al expresidente de la Cámara de Diputados para que guarde silencio.
El actual presidente, que llegó al poder tras el impeachment de la expresidenta Dilma Rousseff, también está siendo investigado por obstrucción a la justicia y por participar en una organización criminal, aunque todavía no han sido denunciados. En su defensa, Temer cuestionó la validez de esa grabación como prueba y aseguró que nunca ha cometido un delito de corrupción ni ha recibido dinero ilegal.
Notificación oficial
Una vez que la denuncia ha sido recibida en la Cámara de Diputados, se considera que Temer queda oficialmente notificado de la misma. La acusación ahora queda en manos de la comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía, frente a la cual Temer podrá presentar su defensa en un plazo de diez sesiones.
Finalizado el análisis en la comisión, el caso pasará al pleno de la Cámara, en donde los diputados votarán a favor o en contra de la acusación.
Para prosperar, necesitará recibir 342 votos favorables, es decir el de dos tercios de la cantidad total de diputados. En caso de no obtener la cantidad necesaria, la denuncia será archivada. Esta es la primera vez en la historia de Brasil en la que un presidente sufre una denuncia formal ante el Tribunal Supremo aun estando en ejercicio de sus funciones.