Los jóvenes estudiantes fueron adelante de la apoteósica marcha, sorteando toda clase de atropellos por parte de la policía que el régimen envió para reprimir el deseo de salir de esta pesadilla. Allí aguantaron gases lacrimógenos y perdigones, pero a la vez, demostraron al mundo quién va en contra de los Derechos Humanos y de esos que tiene los venezolanos a protestar e ir por las calles libre y pacíficamente.

Mientras los policías se encargaban de lanzar bombas lacrimógenas, una detrás de la otra, los jóvenes se enfrentaban a ellas y fueron apoyados por la multitud, quien los auxiliaba ofreciéndoles pañuelos con vinagre y tratando de ayudarlos a que no se ahogaran, hasta que se recuperaran y volvieran a hacer resistencia.

Mientras tanto los vendedores ambulantes ofrecían agua, helados y hasta bolsitas con vinagre a precios exorbitantes, aprovechándose de la situación de emergencia que vivían los chicos en ese momento tan delicado.

Los gases tóxicos no se aguantaban, pero la gente estaba empeñada en no dejar la Protesta y unos a otros se animaban y apoyaban mientras daban 5 pasos para atrás y 3 para adelante, para protegerse mientras seguían lanzando decenas de bombas lacrimógenas.

Los protestantes se negaban a irse y entre consignas, aplausos y gritos se pasaban las horas mientras los desgraciados policías seguían arremetiendo contra la marcha.

Finalmente los policías decidieron ir con todo para acabar con la protesta que seguía a pesar de la cantidad de bombas y perdigones que lanzaban y la ballena entró a echar agua, junto con más y más bombas lacrimógenas, mientras que la multitud corrió para escapar de los esbirros.

Finalmente la gente corrió para alejarse del cruel atropello, pero los jóvenes en el camino levantaban barricadas para obstaculizar el paso de los abusadores policías.

Por otra parte el diputado Diosdado Cabello y algunos de sus camarillas, dieron declaraciones en donde hablan de mantenerse en el poder, así haya sangre. Debemos recordar que por mucho menos de esto, el líder Leopoldo López está preso y ellos siguen libres, felices y campantes, amenazando a la oposición.

Este el resumen de lo que los venezolanos enfrentan para tratar de que, definitivamente, se acabe esta pesadilla, pero lo hacen pacíficamente y no como lo desean quienes apoyan al régimen dictatorial de Nicolás Maduro y al verse acorralados y sin pueblo deciden olvidarse de las leyes escritas en la Constitución Venezolana, impidiendo no sólo el derecho de votar de los venezolanos, sino creyéndose los dueños del país y de la libertad de quienes quieren vivir en democracia.