A una semana de que comiencen los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, la amenaza terrorista impacienta al Gobierno brasileño y sus autoridades. Delegaciones olímpicas del mundo estarán bajo la mira de posibles ataques que ha obligado al gobierno interino de Michel Temer a revisar todos sus protocolos de seguridad.
El pasado 26 de julio fue detenido en la ciudad de Comodoro, en el Estado de Mato Grosso, el duodécimo sospechoso de planear atentados terroristas durante las próximas competiciones en la ciudad carioca de Río de Janeiro. Se trataba del último sospechoso vinculado al autodenominado Estado Islámico contra el cual las autoridades brasileñas emitieron una orden de búsqueda y captura.
Detenido en una terminal de autobuses de de Comodoro, fue trasladado el pasado lunes a una prisión federal.
Según el Ministro de Justicio brasileño Alexandre de Moraes, la Policía federal cuenta con un grupo orientado a la lucha contra el terrorismo en el que participan diversas agencias de inteligencia de los servicios de Estados Unidos, Francia, Bélgica, Reino Unido, Argentina y Paraguay. Los últimos atentados de "lobos solitarios" en la ciudad francesa de Niza han obligado a reforzar los protocolos de seguridad. El general Sérgio Etchegoyen, asesor directo de Michel Temer en asuntos militares y de seguridad, anunció la revisión de todos los procedimientos al mismo tiempo que afirmaba la imposibilidad de presuntos ataques durante el desarrollo de las olimpiadas.
Sin embargo, el pasado miércoles la directora de Site Intelligence Group, una entidad norteamericana especializada en contraterrorismo, anunció que supuestos extremistas islámicos darían en los próximos días información sobre posibles ataques así como un cronograma de acciones, según informaba la cadena RT, pidiendo a los "lobos solitarios" que dirijan sus acciones hacia el país latinoamericano. Medios locales brasileños han informado que los medios de ataque consistirían en ataques a medios de transporte y aeropuertos, envenenamiento, secuestro de rehenes y agresiones con arma blanca.
La seguridad de los próximos Juegos Olímpicos de Río estarán a cargo de seis mil oficiales de fuerzas de seguridad. Un informe de la inteligencia brasileña publicada por la revista "Veja" estimó, sin embargo, que no existía amenaza de atentados de gran complejidad logística.