La semana pasada, tras un largo período de su ausencia en Europa, el Presidente ruso Vladimir Putin visitó Italia. Tras su paso por el pabellón de la Federación Rusa en de la ExpoMilán 2015, se reunió con el PM de Italia Matteo Renzi, su Presidente Mattarella y el Papa Francisco. Putin vino acompañado de unos 70 representantes de los medios rusos que luego informaron a sus lectores que la reunión con Renzi ha sido a puerta cerrada y no se sabe de qué fue la conversación. Sin embargo, la reunión se emitió por la televisión italiana y sorprendió a muchos observadores no tanto por su contenido, que era previsible, como por el comportamiento del Presidente ruso y su aspecto. 


Putin, con una cara amargada y visiblemente hinchada, parecía una marioneta que sigue el guión pronunciando las palabras prescritas. Estaba tenso, sin su inherente aire de imponente indulgencia en relaciones con sus homólogos extranjeros. Bueno, tal vez, estaba cansado. Y como es habitual, llegó al Vaticano con retraso haciendo al Papa esperarle durante una hora. Pero hay otro detalle que aumentó las sospechas aun más que la apariencia del Presidente. Todo el mundo esperaba su visita a Berlusconi, su amígo íntimo de hace tiempo, y el propio Silvio también. ¡Pero Putin no fue a verle! ¿Será por el temor de ser descubierto en el terreno privado? 


Los cambios en el aspecto y comportamiento de Vladimir Putin han sido notados y preocupan tanto a la oposición rusa como a los políticos extranjeros desde ya hace tiempo. Muchos expertos y medios de comunicación indican las diferencias en sus rasgos en las fotos y vídeos hechos, incluso, en un corto período de tiempo. Y el secretismo extremo sobre la familia de los Putin sólo nutre y aumenta las sospechas de que la persona que aparece en las pantallas y reuniones, que firma las leyes y supuestamente dirige el país, no es el auténico Vladimir Putin.

En realidad, para los rusos la existencia de los dobles de sus mandatarios, empezando por el zar Pedro I, es algo habitual. Los tenían desde Stalin hasta Eltsin y se rumorea que "la plantilla" de Putin alcanza unas 17 personas aunque nadie puede confirmar nada. Pero una cosa cuando un doble se utiliza para distraer a los periodistas y otra, cuando ese doble "representa" el país en los niveles más altos y por lo tanto las autoridades occidentales sí están preocupadas por el asunto.

En los años 2007-2008 los servicios secretos estadounidences han conseguido las pruebas de ADN de Putin y de sus hijas durante sus visitas al extranjero. Igualmente, las muestras para el análisis genético han sido recogidas durante la reciente visita del mandatario ruso a Italia. Los medios opositores rusos informan que, según los resultados de los análisis, la persona que visitó a Renzi y al Papa no es el padre genético de las hijas de Vladimir Putin. Además, las muestras tomadas previamente del líder ruso no coinciden con las actuales, y por lo tanto, el papel de Vladimir Putin al público desempeña una persona no identificada.

Los medios occidentales, sin embargo, tratan el tema con precausión dado que la revelación de un timo de tal escala como la sustitución del líder de una potencia nuclear por un impostor, podría traer las consecuancias dificilmente calculables y, tal vez, peligrosas. A pesar de tener las numerosas evidencias, el cómo tratar al "supuesto representante de Rusia" y cuál es el destino del presidente legítimo de la FR - por el momento no queda claro.