Reino Unido empieza a cambiar cosas tras el Brexit. Una de las consecuencias más importantes de la salida del país de la Unión Europea será la política de inmigración. Por el momento, exigirá a todos y cada uno de los inmigrantes que quieran trabajar dentro de su frontera que hablen inglés y que tengan una oferta de empleo.

Igualmente, el Ejecutivo ha dejado claro que la nueva ley de inmigración no incluirá, como se había rumoreado, una opción para poder dar permisos a empleados con “poca cualificación”.

La nueva ley de inmigración

Todos y cada uno de los inmigrantes que lleguen a Reino Unido, a partir del año 2021, tendrán que acreditar que poseen un nivel suficiente de la lengua inglesa y tendrán preferencia, para lograr el ansiado visado, aquellos que posean una oferta de empleo o de estudios, según los planes que ha presentado el Gobierno británico este mismo miércoles.

El ejecutivo ya tiene preparada una nueva ley de inmigración que espera tener aprobada en los próximos meses. Una de las principales novedades es que no se incluirá una opción para poder dar permisos a empleados con “poca cualificación” ni una ruta de entrada al país para desempeñar “empleos temporales”.

El Ejecutivo defiende que la Unión Europea jamás cumplió con las necesidades de la Unión Europea

Según el ejecutivo, durante mucho tiempo, un sistema migratorio totalmente distorsionado a causa de la libertad que caracterizaba a los movimientos en Europa ha fallado, completamente, a la hora de cumplir con las necesidades que tenían los británicos.

Pero, su propuesta va a cambiar completamente esta situación. Esto es, igualmente, lo que se señala en el conocido “libro blanco” que ha publicado el propio Gobierno, donde se desarrollan todos los pasos de la nueva legislación.

El texto detalla que es muy necesario cambiar el foco de la economía del país para que deje de basarse sobre la mano de obra barata del continente europeo y concentrarse, por otro lado, en invertir todas las fuerzas en el sector de la automoción y de las nuevas tecnologías.

Los empleados tendrán que adaptarse a este nuevo escenario.

Según esta nueva ley de inmigración, a partir de ahora, tanto los ciudadanos de la Unión Europea como los inmigrantes que procedan del resto del mundo, si quieren vivir dentro de la frontera de Reino Unido, serán valorados con el mismo rasero. La máxima prioridad es conseguir la entrada de la ciudadanía más cualificada y que tenga un mayor talento, o sea, científicos, académicos o ingenieros.

Las ofertas de empleo para que obtengan el visado tendrán que ser, mínimo de 25.600 libras al año (unos 30.800 euros), lo que implica una reducción de las actuales 30.000 libras (unos 36.000 euros) que se exige a los trabajadores extranjeros que no proceden de la Unión Europea.