Merkel ha decidido dar treinta días, ni uno menos ni uno más, a Johnson para que encuentre una solución que evite que la salida del país de la Unión Europea no sea a través de un Brexit duro. Al mismo tiempo, el primer ministro de Gran Bretaña ya ha expresado su deseo de que la Unión Europea ceda ante la estrategia que se quiere mantener sobre la frontera con Irlanda.
Sigue sin existir un acuerdo firme sobre el Brexit y el reloj no para. A poco más de ocho semanas para la fecha límite para que Reino Unido abandone la Unión Europea, el actual primer ministro del país, Boris Johnson, viajó a la ciudad de Berlín en un intento de buscar nuevas concesiones por parte de la Unión Europea.
La otra opción sería un “Brexit muy duro o salvaje” con consecuencias no previsibles para la ya delicada economía del continente.
Johnson quiere llegar a un acuerdo para evitar un 'Brexit duro', pero el problema de la frontera de Irlanda lo complica
Johnson ha vuelto a recordar que su equipo quiere un acuerdo pero se debe incluir el fin de la salvaguarda con Irlanda. Berlín no ha movido ficha, pero le ha ofrecido treinta días para que presente una solución alternativa a sus planes.
Angela Merkel prefirió ofrecer cierta flexibilidad, en contra de lo que indicaban sus socios, a la hora de buscar una solución al problema con la frontera irlandesa. Recordó que la salvaguarda solamente es la expresión de un problema que parece no tener solución.
Cuando el problema se resuelva, la susodicha salvaguarda ya no será necesaria en ningún caso.
Merkel quiere que se cumplan los Acuerdos del Viernes Santo a la hora de buscar una solución a la salvaguarda norirlandesa
Merkel le ha recordado a Johnson que el protocolo de la frontera de Irlanda del Norte fue apoyado como un último recurso y que se había dado un plazo de dos años para encontrar una solución que respete los Acuerdos del Viernes Santo firmados en el año 1998.
Aunque no hay que tirar la toalla, y podría haber posibilidades de encontrar la deseada solución en un nuevo plazo de treinta días. Más allá de este tipo de palabras esperanzadoras, en la sala de prensa de la propia Canciller no se trataron, en ningún caso, propuestas de manera concreta.
Johnson estaría más interesado en lograr convencer a los Veintisiete de que lo mejor sería reabrir el acuerdo del Brexit para poder hacerlo mucho más fácil de digerir para el Parlamento de Gran Bretaña y evitar a toda costa un nuevo período de inestabilidad, que sería el resultado de salir con un Brexit duro.
Hay que recordar que el Parlamento británico ya ha tumbado, en tres ocasiones, el acuerdo con la Unión Europea y Johnson ha defendido que, si no hay cambios en la planificación de la frontera con Irlanda, volverán a rechazar cualquier tipo de acuerdo. Johnson siempre ha sido un gran defensor del Brexit y la fecha de salida del país es el próximo 31 de octubre.