Theresa May, la actual primera ministra de Gran Bretaña, se ha visto obligada a pedir a la Unión Europea una prórroga de tres meses de duración a la entrada del Brexit. De esta manera, la salida tendría lugar el 30 de junio y no ahora en marzo.
La propia actual primera ministra británica admite que no está preparada para que la salida sea más allá del 30 de junio, como apuntan algunas fuentes.
En la carta se nombra el artículo 50 del Tratado de la UE
Theresa May ya ha enviado una carta a Donald Tusk, el actual presidente del Consejo Europeo, con la petición de extender el tiempo de consultas antes de hacer operativo el Brexit basándose en el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea.
En el texto de la carta, May culpabiliza del retraso de la entrada del Brexit a la imposibilidad de lograr una aprobación del susodicho acuerdo del Brexit por parte del Parlamento y, de manera concreta, culpa al presidente de la Cámara de los Comunes, John Berkow, que se ha negado a la posibilidad de realizar una nueva votación sobre el susodicho texto.
May ruega a través de la carta a los 27 que realicen una ratificación de las concesiones que se habían conseguido durante su encuentro con el propio Jean-Claude Juncker en Estrasburgo para que se lleve a cabo una tercera votación del acuerdo antes de la fecha que se ha marcado, el 30 de junio, con el objetivo de aprobar, de manera paralela y al mismo tiempo, toda la legislación que queda pendiente sobre aspectos tan importantes como son la inmigración, el comercio, la pesca, la agricultura, las finanzas o la sanidad, que deben estar listas antes de que se consuma la aprobación del Brexit.
La idea de la primera ministra es lograr más tiempo para que el Parlamento pueda elegir cómo seguir adelante. Los ciudadanos de Gran Bretaña han estado esperando un periodo de tres años y ya están empezando a hartarse de cómo está tomando decisiones el Parlamento y la propia Theresa May les da la razón.
El gobierno de Theresa May quiere evitar como sea que Gran Bretaña forme parte de la Unión Europea en el periodo del 23 al 26 de mayo, o sea, durante las próximas elecciones europeas.
La nueva fecha que se pone como límite sería el 30 de junio, que, en un primer momento, permitiría a Gran Bretaña no tener que formar parte de estas elecciones, ya que el Parlamento Europeo no se constituirá hasta el próximo mes de julio.
May no estudia la posibilidad de una prórroga de dos años después de una reunión que acabó con amenazas de dimisión con varios ministros que están a favor del Brexit.
Tampoco se considera la opción de dos prórrogas de tres meses de manera seguida en caso de que no se llegue a un acuerdo con Bruselas.
May no quiere atrasar más la fecha
Lo que se sabe, por el momento, es que el presidente de la Comisión Europea estaría en contra de dar una fecha posterior a las elecciones europeas. Y si Gran Bretaña quiere una prórroga basándose en el artículo 50, tendrá que dar más claridad en sus razones.
May tiene que tener en cuenta que todos los países de la Unión Europea deben estar de acuerdo con esta prórroga para que se pueda llevar a cabo.