Las ayudas por parte de la Unión Europea como consecuencia de los efectos económicos de la pandemia del coronavirus tendrá un coste en la pensión que perciban los nuevos pensionistas. Esta es una de las condiciones impuestas desde Bruselas para que España pueda recibir el 75% de los fondos de la UE.

Este requerimiento se basa en que el período para el cálculo de las pensiones se ampliaría respecto al que existe en estos momentos, al pasar de los 25 años actuales hasta los 35. Su efecto más importante es que se pondría en marcha una rebaja en la cuantía media de las pensiones.

Pensiones más bajas a cambio de recibir los fondos

Esta caída en las pensiones se debería a que para calcularla se aumentarían los plazos de la vida laboral en diez años más. Precisamente afectaría a los periodos en que las nóminas de los trabajadores eran menos competitivas, debido a que no se recogen en esos años las subidas en los salarios que se han experimentado en los últimos años.

El efecto inmediato de esta medida es que las pagas de los jubilados se verían reducidas en diferente medida, en función de los años cotizados y la cuantía de sus nóminas. Sería en cierta forma una depreciación encubierta de las pensiones para la población que se vaya a jubilar en los próximos años.

Se tendrán en cuenta más años cotizados

La ampliación del período de cómputo para determinar la pensión de jubilación fue una idea que se planteó el actual gobierno para reformar las pensiones. No obstante, se aparcó durante este año ante la respuesta negativa de los sindicatos y de las organizaciones de jubilados.

Ahora la situación ha cambiado y la Unión Europea reclama la implantación de esta medida para que España pueda percibir los fondos de ayuda.

Una medida, que de llevarse a cabo, supondría una rebaja de las pensiones del 8,6% en los asalariados y de hasta el 10% en los trabajadores autónomos, según un estudio realizado en base a los datos de la Seguridad Social.

Los autónomos, los más perjudicados

De cualquier forma, son los trabajadores por cuenta propia los que saldrían más perjudicados en el momento de su jubilación.

Esto se debe a que sus lagunas de cotización no podrían ser subsanadas, tal y como ocurre con los asalariados. Las lagunas de cotización son el periodo en que no se ha estado cotizando. Bien por estar en situación de desempleo o por otras causas.

De esta forma, los autónomos podrían ver reducida aún más su pensión con esta condición impuesta desde Bruselas. No en vano, su cuantía en estos momentos es inferior a la que perciben los trabajadores por cuenta ajena o asalariados, en lo que se constituiría en un nuevo golpe a este segmento laboral de la sociedad española.