A todos nos gusta consumir y, claro, gracias al "Made in China" hemos logrado conseguir productos de consumo rápido, a precios realmente competitivos.

Pero, ¿realmente sabemos lo que hay detrás de todo ello? ¿Qué hay detrás de nuestra compra? ¿Conocemos las consecuencias, para millones de personas, de tener ordenadores baratos o poder cambiar de teléfono móvil, cada año?

Pues bien, por primera vez en la historia, un estudio ha calculado el brutal impacto sobre la salud, de este tipo de comercio y los datos asustan. Y es que comprar productos realizados en China sale muy económico para los habitantes de los llamados países ricos; pero, para los chinos, el precio es tremendamente caro.

La gran contaminación atmosférica que provoca la industria china, se desplaza a causa del viento, provocando 3100 muertes prematuras, sólo, en Europa occidental y Estados Unidos. Pero, el consumo sin freno de productos chinos, tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea, está detrás de 110.000 muertes prematuras al año, en China, por la contaminación del aire.

Es cierto que tenemos más móviles, ordenadores, juguetes... a un precio muy económico; pero, ¿cuál es el precio que tienen que pagar los más pobres, por ese disfrute? Por cada millón de consumidores, en Europa occidental, nos encontramos con 416 muertes asociadas a la polución, a la aparición de partículas en suspensión (PM) en otras partes del mundo.

No debemos olvidarnos que la contaminación del aire se ha convertido en un problema global, de gran importancia para cualquier economía.Los países desarrollados deberían apostar por un consumo responsable para poder parar los efectos negativos que el consumo provoca sobre el medio ambiente. Por otro lado, los países en desarrollo deben mejorar la eficacia de sus economías para conseguir reducir las emisiones locales.

¿Cuál sería la solución para todo esto? ¿Los consumidores de países desarrollados dejarían de consumir -al ritmo actual- para poder favorecer la calidad de vida de los ciudadanos de los países pobres?