Tras los pronunciamientos en Europa sobre la eliminación de los billetes de 500 euros, Estados Unidos ha dado rienda suelta a su propio debate a fin de acabar con los de 100 dólares. La iniciativa surgió luego de que la Universidad de Harvard estudiara la posibilidad como un medio para hacerle frente a la corrupción. Cortar el suministro de estos billete de alta denominación es considerada una forma de “complicar” el trabajo de las altas organizaciones criminales, esto según el académico de la misma institución y director de la propuesta económica Peter Sands.
El informe elaborado por Sands indica que, al descartar los billetes, se frustrarían los planes de quienes evaden impuestos, pertenecen a mafias de crímenes financieros e, incluso, se evitarían los casos de corrupción. La explicación entorno al programa se origina debido al uso que le dan aquellos que cometen actos ilícitos, ya que los billetes resultan el mejor método de pago por la sencillez con la que pueden ser trasladados y el valor que representan.
Esto es sólo la continuación de una propuesta hecha años atrás por Edward Koch, ex alcalde de Nueva York. Muchos piensan que la medida sería, principalmente, un duro ataque contra el narcotráfico debido a que los mismos ciudadanos están acostumbrados a utilizar billetes de baja denominación para efectuar pagos, como los de 20 dólares.
Lo más común son las transacciones electrónicas en estos días por la seguridad que ofrece y la rapidez.
De hecho, muchos de los habitantes de Nueva York no suelen ver tan comúnmente los billetes de 100 dólares, así que puede tomarse como algo más característico de las películas que de la realidad misma. Según testimonios de pequeños y medianos comerciantes, el medio de pago habitual cuando realizan grandes ventas es por medio de tarjetas, lo cual deja el uso de los billetes en un segundo plano.
En Europa, todavía se encuentra en diálogo la posibilidad de eliminar el billete de 500 euros por ser considerado como una herramienta para cometer actos ilícitos. El famoso “Bin Laden” como también es llamado el billete es el de más alta denominación en el continente y, por tanto, un instrumento bastante manejable para los criminales. El debate se mantiene abierto y sólo queda esperar lo que surja a partir de él.