La joven que denunció a Dani Alves ha pedido 12 años de cárcel para el jugador por el presunto abuso en la discoteca Sutton de la capital catalana el pasado 31 de diciembre de 2022. En el escrito de acusación presentado por la abogada Ester García en la Audiencia de Barcelona solicitan la pena máxima para este tipo de delitos. Previamente la Fiscalía pidió nueve años para el futbolista y una indemnización a la joven por 150.000 euros.

Tras la abogada de Dani Alves presentar el escrito de defensa, la autoridad judicial fijará la fecha del juicio. Recientemente el equipo legal del futbolista se puso en contacto con la letrada de la joven, pero no habrían llegado a ningún acuerdo. La abogada de la acusación particular sostuvo que las lesiones sufridas por su clienta eran “irreparables”.

Actualmente Dani Alves permanece en la cárcel de Brians II a la espera del juicio. El exjugador del F.C. Barcelona está en prisión provisional desde el pasado 20 de enero. La autoridad judicial ha rechazado la petición de libertad provisional en varias ocasiones alegando que había riesgo de fuga y que no existía un vínculo real entre el atleta y España porque él era brasileño.

El escrito de la Fiscalía repasó los hechos en la discoteca

En el relato de la Fiscalía, todo comenzó cuando la joven acompañada de su prima y una amiga acudieron a la discoteca en Barcelona. Las jóvenes estaban en el establecimiento cuando un camarero les informó que Dani Alves y su amigo las invitaron al reservado del local. Ante la insistencia, ellas accedieron. Acto seguido, todos bailaron y mantuvieron conversaciones.

El deportista presuntamente invitó a la joven a un lavabo

En el escrito del Ministerio Público explicaron que Dani Alves habría invitado a la joven a un lavabo de la discoteca esa noche del 31 de diciembre. El futbolista presuntamente mostró una “actitud violenta” hasta que cometió el abuso.

Posteriormente el atleta abandonó el lugar y después lo hizo la presunta víctima.

Cuando estaba en el lavabo de la discoteca Sutton, la joven pidió de forma reiterada abandonar el lugar, pero el futbolista supuestamente le impidió la salida. La presunta víctima afirmó que llegó a sentir que le faltaba el aire debido a la situación de “angustia y terror” en la que se encontraba.

Unos segundos después, la joven le habría pedido a su prima y la amiga que se marcharan del lugar, aunque un portero se dio cuenta de la situación y atendió a la afectada mientras el local activaba el protocolo para casos de abusos. Mientras aquello ocurría, el exjugador del Pumas y su amigo abandonaron el establecimiento.