Con su notable actuación en los Juegos Olímpicos de Tokio, Pablo Carreño ha alcanzado uno de los puntos más altos de su carrera tenística. A los 30 años, el gijonés se apoderó de la medalla de bronce sorprendiendo a Novak Djokovic, el número uno del mundo, en tres sets. "Estoy más contento que cuando gano un torneo. He ganado la Copa Davis, torneos de la ATP, he llegado lejos en eventos importantes… Pero esta sensación no la había tenido nunca", afirmó Pablo.
Ahora su objetivo es volver a estar entre los 10 mejores del ranking. Para ello será clave la próxima gira, cuyo punto culminante será el Abierto de Estados Unidos, a partir del 30 de agosto.
Carreño, campeón del ATP 500 de Hamburgo, ocupa el undécimo puesto del ranking de la ATP, con 3.260 puntos, y está encaminado para ser top ten. Para ello, deberá superar primero al canadiense Denis Shapovalov (décimo), quien suma 365 puntos más que el asturiano. Pablo ya ha ocupado esa posición de privilegio (décimo puesto) en dos ocasiones, en 2017 y 2020.
La ira de Djokovic ante Carreño
En su partido de consagración ante Novak Djokovic el serbio dio la nota con su ataque de furia al no poder superar un sólido rival diestro.
El número uno del mundo arrojó una raqueta a las gradas vacías y luego estrelló otra contra el poste de la red. Curiosamente, a Pablo ya le ha tocado presenciar otro incidente contra Djokovic. Fue el año pasado en el US Open, en octavos de final, cuando el serbio le pegó un pelotazo a una jueza de línea. Por esta acción fue descalificado.
El podio que ha logrado el de Gijón es histórico para el tenis español debido a que esta es la quinta medalla que obtiene el país en individuales y la primera desde que Rafael Nadal lograse el oro olímpico en Beijing 2008. Carreño también ha vencido al ruso Medvedev, número 2 del mundo, en cuartos de final. Otro ruso, Karen Khachanov, le frustró su ilusión de acceder a la final.
El valor de su entorno familiar
Antes de retomar la actividad, el tenista se ha reencontrado con su familia, integrada por su padre Alfonso, su madre Toña, sus hermanas Lucía y Alicia y su novia Claudia. Ellos son su sostén emocional. En rueda de prensa en Tokio, Pablo afirmó: "Cuando ha terminado el último punto, no sabía ni lo que estaba pasando. Luego he ido al banco y me he emocionado mucho, porque piensas en la gente que sufre contigo y que está detrás de ti. Toda la gente que me siga para hacer los sacrificios que tenemos que hacer. Ha sido muy emocionante".
El tenista fue distinguido con la medalla de la ciudad de Villena por el alcalde Fulgencio Cerdán. Lo acompañaron en la ceremonia su entrenador Samuel López y el ex tenista Juan Carlos Ferrero, ex número uno del mundo y director de la academia de tenis en la que se ha formado Carreño.