La investigación ha revelado que la muerte del jugador, José Antonio Reyes, podrías haber sido por un reventón en una rueda, cuando el jugador conducía a 237 kilómetros por hora.
Según lo investigadores del caso, el accidente que provocó el fallecimiento del jugador de Fútbol, José Antonio Reyes, y su familiar, Jonathan Reyes, tuvo lugar por la pérdida de control del coche a causa de ese fatídico reventón de rueda. Así lo han mostrado las primeras pruebas que han tenido lugar en el mismo lugar del accidente.
A pesar de todo, los resultados no serán definitivos hasta dentro de un mes
Fuentes cercanas de la Guardia Civil y citadas por el periódico, Mundo Deportivo, el vehículo del futbolista andaluz circulaba a una velocidad de unos 237 kilómetros/hora, en el momento del accidente. Todo parece señalar que el coche del jugador se salió de la autovía por culpa de un reventón de una rueda, unido a la gran velocidad con la que circulaba, provocó que el coche colisionase contra unos bloques de obra, acabase volcando y se incendiase a unos 200 metros de distancia del punto exacto del lugar por donde salió el coche.
El jugador llevaba varios meses sin utilizar este vehículo y la Guardia Civil sospecha que la presión de los neumáticos no era la adecuada.
El accidente tuvo lugar a las 11.40 horas del pasado sábado, a la altura del kilómetro 18 de la autovía A-376 en sentido a la localidad de Utrera, que es la localidad de origen del propio jugador. Reyes volvía de un entrenamiento con su actual equipo, el Extremadura.
En el vehículo no solo habían los dos fallecidos, también, otro primo del propio Reyes, Juan Manuel Calderón, que resultó herido muy grave y está estable dentro de la gravedad tras haber sido intervenido de urgencia durante la noche del sábado por culpa de las quemaduras sufridas en el 65 por ciento de su cuerpo.
Por el momento, la vida del único superviviente no está en peligro gracias a una operación realizada el sábado de manera urgente, pero sufrirá las secuelas del susodicho accidente el resto de su vida.
Una velocidad temeraria
Varios medios de comunicación recuerdan que esto ha sucedido porque el jugador de fútbol estaba conduciendo a una velocidad temeraria y, pasase lo que pasase, a más de 200 kilómetros por hora era imposible salir con vida de un accidente.
Según ha informado la Guardia Civil, por culpa del estado final del vehículo, los resultados definitivos de cuáles fueron las causas del accidente no serán seguros hasta dentro de un mes, al menos. Hay que recordar que el coche quedó completamente calcinado y este hecho no facilita la investigación.