David Ferrer, número 3 del mundo con 16 años de carrera y 27 títulos, no ha tenido la despedida que hubiese merecido un jugador de su talla. El escenario era más que ideal, un US Open donde deslumbró enfrentándose a grandes jugadores de la talla de Djokovic. Pero la fortuna no le sonrió y los años de carrera le pasaron factura a su cuerpo en su duelo contra su amigo Rafa Nadal.

El alicantino de 36 años se ha despedido de los grandes encuentros de Grand Slams tras haber participado en torneos importantes como el Australia Open, llegando inclusive a la final del Roland Garros en el 2013 y hasta cuartos de final en el torneo de Wimbledon.

Una lesión en el gemelo de su pierna izquierda obliga a David Ferrer a retirarse

Pese a ganar con un break de ventaja en la segunda ronda, Ferrer intentaba hacer frente a su lesión, una rotura a la altura del sóleo de la pierna izquierda, hasta que sus dolencias le llevaron a abandonar la cancha. El fisioterapeuta que le acompañaba no pudo hacer más por él.

Finalmente Ferrer, uno de los más legendarios tenistas y motivación de muchos en el deporte español, abandonaba el deporte de sus amores y al que tantos frutos le ha dado. Lo que sí afirmó el alicantino en los días previos es que este sería su último torneo Gran Slam en el que participaría.

Durante sus años de carrera solo ha faltado a un encuentro y fue en Wimbledon, acumulando un total de 63 participaciones con promedio de 145-63, faltándole un título para acreditar a un más su notable carrera.

El tenista se ha enfrentado a lo largo de su carrera a la mejor generación de tenis de la historia hasta la fecha. En 2007 despachó al también español Rafael Nadal en Octavos en el abierto de Nueva York, jugó hasta en siete oportunidades el Master1000 y estuvo a punto de conseguir la victoria, la cual fue arrebatada por un grande como lo es Roger Federer.

En su haber cuenta con tres Copas Davis, una competición en la que muchos lo recordaran por su entrega y compromiso; como lo fue también en el encuentro del presente año frente a Alemania, llegando inclusive a ser el número 3 del mundo. Ferrer siempre ha sido fiel a su estilo y ha jugado a su máximo nivel, lo que en más de una ocasión provocaba que se rompiera ante los cambios bruscos de movimiento para apalear los ataques de su adversario.

Al finalizar el partido, Ferrer miraba al palco indicando a su equipo que no podía continuar el encuentro por las molestias y el "dolor" que le provocaba su lesión. Fue entonces cuando el US open realizó una emotiva ovación al tenista profesional. Un homenaje al que se sumó su rival, que también amigo, Rafael Nadal.