Llegó la final de Kiev y medio mundo puso los ojos en ella. Como cada año, la final de la Champions League no deja indiferente a nadie y todo el mundo del deporte se concentra para analizar cada movimiento de los jugadores que disputan el encuentro. Ayer, el Real Madrid afrontaba su tercera final consecutiva en Europa y lo hacía con la tranquilidad del veterano que ya es. La victoria, como consecuencia de varios fallos de una inexperta plantilla del Liverpool, supuso que Sergio Ramos levantase la copa al final de los noventa minutos y, por lo tanto, la número trece en el palmarés del conjunto blanco.

Los detalles de la final entre el Madrid y el Liverpool

Parecía que el Real Madrid controlaría el encuentro desde los primeros minutos de rodaje del balón por el césped, sin embargo el Liverpool afrontó la final como un partido más y consiguió plantar cara al reciente campeón. Los instantes iniciales dejaron constancia de que el Liverpool no iba a poner las cosas fáciles. Pese a que los de Klopp cedieron el control del balón después de que pasasen los momentos iniciales del partido, el control del partido lo tenían los "Reds", quienes manejaban a su antojo el ritmo de las contras.

Este ritmo de partido estaba haciendo mucho daño al Madrid y con Salah a la cabeza del conjunto rojo estaban logrando penetrar en la defensa blanca.

Pero todo se vino abajo para el Liverpool cuando Sergio Ramos agarró del brazo al jugador egipcio, la estrella del equipo, y lo derribó al suelo provocándole una lesión en el hombre, de manera, fortuita, que hizo que se tuviera que retirar de la final. Esto minó la moral del conjunto de Klopp que, desde ese momento, rebajó la intensidad y no fue el mismo.

La marcha de su estrella, lesionada, hizo que los ánimos decayeran y eso se notó en el partido. Desde este momento, un Real Madrid nuevo comenzó a llevar las riendas del partido y se hizo con el control del medio campo.

La lesión de Salah: el antes y el después

Si el Liverpool podía tener alguna opción de llevarse la copa a Inglaterra, cualquiera de ellas pasaba por las botas de Mohammad Salah.

Si hay algo claro, aparte de esto, es que la falta del egipcio en el campo hizo que los jugadores del Liverpool no pudieran reponerse de ese tremendo golpe.

Después de estos momentos de duda en los que parecía que el jugador podría continuar, finalmente abandonó el campo. Lo más grave de todo es que Salah puede que se tenga que perder el mundial por la caída de ayer. Para continuar con las desgracias en el encuentro, Carvajal también sufrió una lesión que le hizo tener que abandonar el terreno de juego antes de lo esperado. Dani Carvajal, por su parte, parece que podrá estar en Rusia 2018.

Los goles de la final

Los problemas para el Liverpool llegaron en la segunda mitad cuando el portero "red" sacó un balón con la mano que Benzema llegó a alcanzar con su pierna derecha y que, de rebote, se coló en la portería del Liverpool.

Este absurdo gol supuso el uno a cero en el marcador.

El equipo de Klopp reaccionó al duro golpe con un gol de Mané, que fue el mejor jugador del Liverpool, con un gol en el que metió la punta de su bota para desviar un remate de cabeza de uno de sus compañeros y ante el que Keylor Navas no pudo hacer nada.

Pero lo mejor estaba por llegar. La entrada de Bale revolucionó la igualdad de la final. El galés conectó un centro de Marcelo, desde la banda izquierda, de chilena e impuso el 2-1 en el marcador. Unos minutos más tarde, llegó el tercer gol del Madrid, bajo la firma de Bale, con un disparo que parecía fácil para el portero, pero que se escapó de las manos del meta del conjunto inglés. Con este resultado, el Real Madrid consiguió la famosa "trécima".