Cuando levantan delicadamente sus brazos y giran sobre la punta de uno de sus pies, las bailarinas de Ballet se convierten en una de las imágenes más femeninas y esterilizadas del mundo de la danza. Aunque te parezca muy difícil volar por los aires como ellas lo hacen, tú también puedes lograrlo.
Únete al baile: “al borde de la laguna se encuentra la tumba de Giselle. Cuando dan las doce de la noche, los espíritus de las novias abandonadas por sus prometidos empiezan a bailar y su reina, llamada Myrtha, le da la bienvenida a Giselle a este reino fantasmal.
Hilarión, atormentado por la culpa que siente por la muerte de Giselle, se arrodilla ante su sepultura”… Lo anterior solo es un fragmento de una de las obras más significativas en la historia del ballet, y a su vez, también el mayor reto para una bailarina que anda en pos del estrellato. ¿Te gustaría ser la protagonista de una de estas historias? Entonces pon atención a lo que esta disciplina se refiere.
Es importante saber que la actual técnica que se usa en ballet nació en Paris hace más de tres siglos, de ahí que los nombres de las posiciones y de los pasos sean en francés.
Primer acto
Cuando apenas empiezas no creas que te tienes que poner en las primeras de cambio en posición de flamenco dormido, pues al principio usas zapatillas sin punta y te apoyas en la barra, para que así puedas concentrarte en tu postura y en las posiciones de los pies y los brazos.
Por su parte, al empezar a tomar clases, tu maestro o maestra comienza por decirte como colocar cada parte de tu cuerpo y a corregir tus pies, brazos y piernas por separado, pero lo más difícil de lograr es realizar a la perfección todo en conjunto y poder hacer que tus movimientos fluyan. Cuando logras dominar todo tu cuerpo, es la mejor recompensa.
Cuando tu postura es la ideal y ya tienes la fuerza necesaria, comienzas a hacer puntas y hasta piruetas, que son giros sobre una punta, mientras doblas una pierna y sostienes los brazos en el aire. Lo anterior puede sonar muy difícil, pero todo depende de las ganas que le pongas y de tus aptitudes.
Tercera llamada
Si aprendes la técnica en alguna academia, puedes tener la oportunidad de subirte al escenario en festivales.
El baile hace que todo lo que te frustra se te olvide, te hace crecer en gran medida como persona y lo único que necesitas para esto son ganas y disciplina, únicamente.
Cabe destacar que el ballet clásico es una opción increíble para hacer ejercicio y una actividad artística al mismo tiempo, ya que te brinda mucha fuerza, elasticidad y además te permite liberar todas tus presiones y el estrés, porque desahogas tus emociones al momento de que te interpretas una coreografía.