Nada es normal en torno al futbolista brasileño Neymar Jr. No hay día que no esté en primera línea de la información deportiva mundial. Cuando no es por sus actuaciones en el terreno de juego, lo es por su familia, por sus privilegios contractuales o por sus famosos amigos y compañeros de viaje.
Neymar y su escena
En esta ocasión, tal y como publica el Diario Marca, el futbolista montó una escena digna de película de Hollywood. Como si de un niño pequeño se tratase, después de ser convencido por su padre y por algún amigo como Dani Alves, de que la mejor opción para seguir mejorando en su Fútbol era fichar por el PSG, su arrepentimiento no tardó en llegar.
Tras deshojar la margarita durante todo un año, para acabar renovando de manera millonaria por el Fútbol Club Barcelona, Neymar tuvo demasiados días de vacaciones. En esos días de asueto, entre fiesta y fiesta, el PSG le fue metiendo pájaros en la cabeza hasta llegar a convencerlo. Fue en esa famosa gira por Estados Unidos cuando el jugador no pudo más y cedió a los cantos de sirena que procedían del exterior. Le comunicó a sus amigos que se iría del Barça y poco después hizo lo propio con la directiva.
Nadie entiende nada
La directiva del Barça, con Josep María Bartomeu a la cabeza, trató por todos los medios de hacer recapacitar al jugador. Ante la negativa de los Neymar, el club se negó a negociar y les remitió a la cláusula de rescisión de 222 millones de euros.
Tras realizar las gestiones pertinentes, finalmente apareció el PSG con todo el montante de dinero y se procedió al papeleo.
Hasta ahí, todo normal, salvo porque nadie en la historia del fútbol había pagado tanto por un futbolista. Sin embargo, lo que convierte en surrealista esta historia, es lo que hizo Neymar poco después de tener el acuerdo alcanzado para irse a París.
Al parecer, siempre según la información de Marca, el jugador se presentó en el despacho de Bartomeu para suplicarle que se rompiera el contrato, que no se quería marchar. Incluso se dice que Neymar rompió a llorar y montó una escena poco usual.
El problema es que no se trataba de un niño que había perdido un juguete, sino una estrella del fútbol que había abonado los 222 millones de euros de su carta de libertad.
El caso es que la escena se consiguió ocultar hasta ahora, que se ha filtrado a la prensa en plena vorágine. Con el Real Madrid atento a los movimientos de un Neymar que no está contento en París y no descarta un cambio de aires.