Hay personas que encuentran su lugar en el mundo en el rincón menos pensado. Nacido en Aix-Les-Bains, en el sudeste francés, el 30 de septiembre de 1968, Hervé Renard llegó a África en 2007 para alcanzar el reconocimiento en el mundo del Fútbol que no había logrado en su extensa carrera como futbolista. Y en diez años de recorrido ha logrado elevarse a los primeros planos de la consideración del universo futbolístico africano.
El otrora defensor central que alcanzó a compartir plantilla con Zinedine Zidane, en su corto paso por el primer equipo de AS Cannes, comenzó su carrera como entrenador en las entrañas mismas del fútbol de ascenso de su país.
Precisamente en SC Draguignan, el mismo equipo que acuñó sus últimos sueños de pantalones cortos. Pero su vida cambió al conocer a Claude Le Roy, un colega y compatriota acostumbrado a armar sus valijas hacia destinos extravagantes.
África: la tierra prometida
De la mano de Le Roy viajó hacia China e Inglaterra en busca de experiencia y conocimientos. Y los caprichos de la vida lo depositaron en África, como ayudante técnico, cuando Le Roy tomó la conducción del seleccionado nacional de Ghana en 2007.
Poco después llegaría la primera gran oportunidad en la vida profesional de Renard. La Asociación de Fútbol de Zambia decidió reemplazar a Patrick Phiri, entrenador del combinado nacional y pensó en el rubio entrenador francés como el candidato ideal para el cargo.
Los 'Chipolopolo' intentaban recuperarse al fin de la tragedia aérea que terminó con la vida de 18 futbolistas de su selección en abril de 1993. Y el podio en la CHAN -Campeonato africano de naciones- 2009 fue el primer síntoma favorable de una historia que continuaría con el arribo a cuarto de final en la Copa Africana de Angola en 2010.
Pero la frutilla del postre llegaría en 2012 en Libreville, la misma ciudad que había despedido al malogrado avión que se estrellaría pocos minutos después.
La Copa organizada en conjunto por Guinea Ecuatorial y Gabón no contaba con Zambia entre los principales candidatos a alzarse con la medalla dorada. Pero Renard y sus jugadores habían recorrido un camino creciente en base a un juego pragmático y efectivo.
Tras superar la primera fase adjudicándose el Grupo A por encima de los ecuatoguineanos, Zambia no tuvo piedad con Sudán en cuartos de final y se deshizo de Ghana, uno de los grandes aspirantes al título, para meterse en la final del torneo.
La definición presentaba una enorme exigencia. Costa de Marfil era el seleccionado africano del momento y contaba con una generación de enorme prestigio, comandada por Didier Drogba y Yaya Touré. Pero el propio Drogba desperdició un penal a 20 minutos del final y el marcador quedó desnudo tras un reñido match. En una larga y dramática tanda de penales, Zambia se coronó campeón de África por primera vez en su historia. El primer pase de magia del "Hechicero Blanco" estaba consumado.
No sería el único título continental de Renard en África. Tras un corto paso por Sochaux en la primera división de su país natal, su carrera continuaría en Costa de Marfil. Intentaría darle a la generación dorada del fútbol marfileño, la esquiva corona que le había quitado en las narices en 2012. Y lo logró sin conocer la derrota en Guinea Ecuatorial 2015. Una vez más los penales dibujaron una sonrisa al rubio entrenador francés. Esta vez ante Ghana.
Marruecos y el pasaporte a 'Rusia 2018'
La salida del legendario ex portero marroquí Badou Zaki de la conducción del seleccionado nacional, propició una nueva aventura para Hervé Renard. En febrero de 2016 el entrenador galo accedió por primera vez a la disponibilidad de recursos que expone el África árabe, tanto en lo económico como en lo futbolístico.
Con la Copa de África Gabón 2017 como primera estación, el retorno a la actividad mundialista, esquiva para los "Leones del Átlas" desde 1998, era el objetivo principal.
En el torneo continental Marruecos mezcló buenas y malas. Pese a ganarle a Togo y a Costa de Marfil en la fase de grupos, la derrota en el debut frente a República Democrática del Congo, relegó a los marroquíes al segundo puesto del Grupo C. De este modo debió enfrentarse a la poderosa selección egipcia en cuartos de final, cayendo por la mínima diferencia para despedirse de la competencia.
Sin duda un factor importante en este traspié, fue la ausencia de una de las principales figuras del combinado norteafricano: Hakim Ziyech.
Un cortocircuito entre Renard y el talentoso mediocampista del Ajax de Amsterdam, terminó con Ziyech viendo la Copa desde Holanda y con Marruecos extrañando sus virtudes creativas. Pero las diferencias fueron zanjadas y el jugador una de las figuras del seleccionado en la fase clasificatoria hacia Rusia 2018.
El recorrido de Marruecos hacia Rusia 2018 comenzó en noviembre de 2015, aún con Zaki como entrenador. Una costosa clasificación a la tercera fase tras derrotar a Guinea Ecuatorial con un sufrido 2-1 global, generó dudas en la federación marroquí acerca del futuro del representativo nacional.
Renard dirigió la tercera fase completa. Con un boleto en juego, Marruecos midió fuerzas con Mali, Gabón y la poderosa Costa de Marfil.
Dos igualdades sin goles en los primeros compromisos ante Gabón en Libreville y recibiendo a los marfileños, parecieron un mal presagio en el viaje a la Copa del Mundo.
Pero la goleada por 6-0 ante Mali y el empate ante Gabón de visitante, contaron con la complicidad de Costa de Marfil que cayó inesperadamente en casa ante Aubameyang y compañía, dejando puntos que serían clave en el desenlace final del Grupo C. Para la última jornada y tras derrotar 3-0 al propio seleccionado gabonés, Marruecos sumaba 9 unidades, una más que los "Elefantes" y debía defender el lugar clasificatorio en tierras marfileñas.
Con autoridad y sin dejar dudas, Marruecos se puso en ventaja en la primera mitad con un tanto de Nabil Dirar y otro de Mehdi Benatia, para luego sostener la diferencia y regresar a su país con el boleto a Rusia 2018 en el bolsillo.
De este modo el "Hechicero blanco" sellaba uno más de sus destacados resultados en el ámbito futbolístico africano y se sentará por primera vez en el banquillo durante una Copa del Mundo. Marruecos volverá a una Copa del Mundo tras dos décadas de sequía.