Argentina estará en el sorteo del próximo 1 de diciembre en Moscú. La Albiceleste estará en el próximo Mundial de Rusia. Así lo ha querido Lionel Messi, que se exhibió en la última jornada de las eliminatorias sudamericanas anotando los tres goles que dieron el triunfo al combinado que dirige Jorge Sampaoli.

La noche se presentaba infernal, tras los malos resultados cosechados en los últimos encuentros, tener que jugársela a una carta en Quito, a más de 2.500 metros de altura no era muy tranquilizador. Y todavía podía ser peor. A los 40 segundos de partido, un fallo de la zaga argentina, dio origen al primer tanto del partido.

Romario Ibarra adelantaba a un conjunto ecuatoriano que no se jugaba nada más allá del honor a una camiseta.

Messi quería estar en Rusia

Tras el titubeante inicio de Argentina el choque se ponía muy cuesta arriba. Desde el 2001 no vencían en Ecuador y los fantasmas comenzaban a merodear en la hinchada. Sin embargo, messi no estaba por la labor de alimentar las ya de por sí desmesuradas críticas. Se puso el traje de sus mejores faenas y se echó el equipo a la espalda. En apenas 19 minutos ya había dado la vuelta al choque.

El tanto del empate fue una gran combinación con Ángel Di María, que le devolvió con precisión la pared para que Leo solo tuviese que empujar a la red. El empate desató al capitán de Argentina, que tuvo otra buena ocasión antes de firmar el segundo.

Una indecisión de la zaga ecuatoriana provocó que Messi robase el balón muy cerca de la portería y encarase al guardameta, al que fusiló por su palo, lamiendo la escuadra. Argentina respiraba.

Noche de transistores en Sudamérica

Con el segundo tanto, Argentina trató de enfriar el encuentro, muy pendiente de lo que sucedía en otros campos.

Al descanso se firmaban las tablas en el Brasil-Chile, el Perú-Colombia y el Paraguay-Venezuela, por lo que la Albiceleste estaba en Rusia. Tras la reanudación, en diez minutos locos, todo se puso aún más de cara para los de Sampaoli.

Brasil, que tantas dudas despertaba en el pueblo argentino, no se dejó ir y liquidó a Chile en dos zarpazos de Paulinho y Gabriel Jesús.

Casi al mismo tiempo llegaban noticias desde Lima, James había adelantado a Colombia. Con las derrotas de Chile y Perú a Argentina le valía incluso el empate.

El tercer tanto dio comienzo a la fiesta

Con Chile noqueada, Argentina todavía no tenía todas consigo. Ecuador buscaba el empate y todo podía cambiar en un segundo. Pero apareció de nuevo Lionel. El diez cazó un balón en tres cuartos de campo y realizó su tradicional incursión de derecha a izquierda, sorteando al defensa y haciéndose hueco para el lanzamiento. Una sutil vaselina liquidó el encuentro y dio paso a la fiesta descontrolada.

Tras los dos primeros tantos se mantuvo la tranquilidad, pero el tercer tanto, unida a la derrota de Chile, hizo que todo el banquillo saltase a celebrar con Messi. En ese momento ya nadie dudaba de la presencia de Argentina en el próximo Mundial de Rusia. Un equipo que, a pesar de las dudas, tiene a Messi.