Como ocurriera el año pasado, los Cavaliers de LeBron y compañía regresan al Quicken Loan Arena con una clara desventaja. ¿Las diferencias? Dos: Kevin Durant y las sensaciones. El ala-pívot se ha convertido en el factor diferencial de esta serie con dos actuaciones memorables en el Oracle Arena y hace aún más mortíferos a los Warriors de Steve Kerr. Además, las sensaciones son diferentes a 2016. Si bien entonces los Cavaliers volvieron a su pista con un -48 y consiguieron remontar por primera vez en la historia un 3-1, este 2017 parece otro cuento, son otros Warriors, más peligrosos, mejores en defensa, con mayor capacidad de anotación y más variantes.

A pesar del ritmo frenético que han imprimido Stephen Curry y compañía a estas Finales, Tyronn Lue se niega a variar sus planes y mantener así el guión del año pasado. "Nosotros no vamos a cambiar nuestra identidad por el rival, y yo confío en que podemos seguir jugando de esta manera tal y como hicimos el año pasado", decía el entrenador de los Cavaliers en palabras recogidas por la ESPN en la rueda de prensa previa al Game 3. Una idea que comparte la máxima estrella LeBron James, para quien Cleveland llegó a esta situación jugando de una manera "y no vamos a cambiar".

Los números de los Cavaliers

Los equipos de James han promediado 90,6 posesiones por encuentro en sus 14 años en la NBA, y en contraste, en estas Finales disfrutan de 105,5, según los datos recogidos por el Departamento de Estadística e Información de ESPN.

Algo que no está sirviendo a Cleveland para plantar cara a su rival, a quien le hace falta muy poco para arrasar. Aunque mejoraron del Game 1 al 2, los Cavs solo pudieron recortar tres puntos de diferencia de uno a otro (de -22 a -19) y pasaron de perder 20 balones a forzar las mismas a Golden State.

LeBron, muy ocupado

Una causa que podría explicar los bajones de Cleveland en los terceros cuartos, precisamente cuanto más voraz se muestra su rival, podría ser la acumulación de minutos y responsabilidades de LeBron James.

El de Akron se ve obligado a rebotear, asistir y anotar mucho, más que otros años, sobre todo porque ni el resto de titulares (salvo Kevin Love y en ocasiones Kyrie Irving) ni el banquillo está a la altura de unas Finales de la mejor liga del mundo. En especial, un Tristan Thompson cuyos minutos se han reducido drásticamente y apenas pasa poco más de 20 minutos en pista, debido a que en los dos primeros partidos no ha sido capaz de ganar la lucha por el rebote ofensivo y su defensa no ha podido con el vendaval de los de San Francisco.

En contra de los rumores, que hablaban de posibles cambios en el quinteto titular de Cleveland, dando entrada a Shumpert por JR Smith, Lue aseguraba que mantendría en pista al segundo a pesar de su presencia fantasmal en estas Finales, tal y como recoge la ESPN.

Esta madrugada (03:00h) 'The Q' podría suponer el todo o nada para su equipo. Meterse en la pelea por el anillo o despedirse casi por completo de repetir victoria. Lo que está casi descartado es que otra hazaña sea posible por parte de los Cavs, los Warriors han aprendido la lección y, además, juega Kevin Durant.