Se presentaba una buena noche para Westbrook en el Resort Arena de Phoenix, o eso se pensaba. Estaba a punto de hacer una gran hazaña que pasaría a la historia de la NBA y el baloncesto mundial, superar el récord de triples-dobles conseguido por Oscar Robertson en la temporada 1961-62 con los Cincinnati Royals, actuales Sacramento Kings, nada más y nada menos que 41 triples-dobles promediando en esa temporada dorada 30,8 puntos, 11,4 asistencias y 12,5 rebotes por partido, una verdadera bestialidad.
Con la temporada que lleva luciendo Russell Westbrook acostumbrándonos a brillar en cada partido, con triple-doble tras triple-doble, y con alguna ayudita que otra de sus propios compañeros para forzar toda esta hazaña, anoche el base californiano se encontró con unos Suns que quizá no esperaba la noche anterior. Al rey del triple-doble no le salía nada, y cuando digo nada, es absolutamente nada. Falló sus primeros siete tiros a canasta, y metió solo un tiro libre avasallado por la magnífica defensa de los Suns, donde acabó sumando 8 pérdidas hasta el final del partido, que comandados por el joven revelación Devin Booker, salieron a por el partido desde el primer minuto, yéndose fácilmente de 20 puntos sometiendo a unos Thunder que navegaban sin capitán esta noche.
A Westbrook no le salía nada, pero ya le conocemos, sabemos de lo que es capaz y cambió el chip en la segunda parte. Ya era la bestia capaz de todo reventando el parqué coast to coast para intentar tirar del equipo, pero ni por esas. Westbook acabó el partido con 21 puntos, 11 rebotes y 8 asistencias y una derrota más para sus Thunder. Sí, 8 asistencias. 8 amargas asistencias que le alejaban del récord de 42 triples-dobles de Robertson a falta de 3 partidos aún por disputarse. A falta de 5 minutos para el final del partido, los Suns ganando con una amplísima ventaja de más de 20 puntos, apretó en defensa como si el partido fuera igualado y lucharan por una ansiada victoria que les metiera en Playoffs.
Phoenix es último de la Conferencia Oeste pero anoche solo importaba una cosa con la victoria ya asegurada, fastidiarle el récord de triples-dobles a Russell Westbrook. Así fue, a Booker no le bastó aplastar a los Thunder con sus 37 puntos, él junto con sus compañeros pusieron todo su empeño en que Westbrook no consiguiera esas ansiadas 2 asistencias que le quedaban para el récord de forma descarada, boicoteando claramente la hazaña.
No sabemos si Westbrook logrará su ansiada hazaña de récord tras una temporada espectacular echándose a los Thunder a las espaldas tras la huida de Kevin Durant a los Warriors, pero lo que si está claro es que no lo va a tener nada difícil y que Denver y Minnesota quizá sigan la estela de Phoenix y eviten por todos los medios boicotear esta temporada dorada de La Bestia Russell.