El Levante Unión Deportiva ha consumado, esta misma tarde, su retorno a La Liga Santander, menos de un año después de haber perdido la categoría la pasada temporada, tras imponerse en casa por 1-0 al Oviedo con un solitario gol de Sergio Postigo en el minuto 56, desatando la locura del Ciutat de Valencia. El equipo de Muñiz se ha paseado desde el principio de la temporada por una categoría en la que existe máxima igualdad entre los 21 rivales restantes, pero que los granotas desde el principio supieron imponer su ley. Fruto de ello este ascenso, a falta aún de 6 jornadas para que finalize la fase regular de la competición y den comienzo los playoff, lo que demuestra la superioridad del Levante este curso en la Liga 123.

Orriols se vistió de gala hoy porque sabían que había altas posibilidades de celebrar la fiesta del ascenso esta misma tarde, como finalmente ocurrió, ante un Real Oviedo que vendió cara su derrota, y que demostró con creces el motivo por el cual está en plena pelea por los puestos de playoff de ascenso a Primera División, y su deseo de acompañar al Levante en la próxima temporada 2017/2018. Sin embargo, desde el principio del encuentro se vió un Levante que no quería esperar un partido más para celebrar el ansiado ascenso, y salió a comerse a un Real Oviedo al que su portero Juan Carlos sostuvo todo lo que puedo, con intervenciones de mucho mérito que impedían que el conjunto local fuera por delante en el marcador en la primera media hora.

La primera parte finalizó sin goles, en parte al gran trabajo del guardameta oviedista, que frustró una y otra vez las intentonas granotas de perforar la portería de los de Fernando Hierro. Tras el descanso, el guión no cambió demasiado y el Real Oviedo resistía, aunque comenzó a generar ocasiones que ponían el miedo latente en las gradas azul y granas, hasta que llegó el corner que lo cambió todo.

Minuto 56 de partido, Campaña coge la pelota, la coloca en la esquina, y su lanzamiento conecta con la cabeza del central Sergio Postigo, para fusilar la meta de Juan Carlos y llevar la locura a la afición levantinista, que vió el sueño más cerca. Tras el pitido final del árbitro, la inavitable invasión de campo llegó por parte de los aficionados para comenzar la fiesta junto a sus futbolistas, sus héroes que menos de un año después les habían hecho soñar y devuelto a la élite del Fútbol español.

Una vez hecho el trabajo, el Levante pensará ya en confeccionar una plantilla que le evite pasar apuros el año que viene en Primera División, y que le otorgue una estabilidad deportiva jugando junto a los más grandes.