Los derbis entre Madrid y atleti ya nos tienen acostumbrados estos últimos años a mucha táctica y más bien poco fútbol. La estrategia siempre es clave en estos partidos, especialmente a balón parado, si no que se lo digan al Madrid, ¿eh?
El partido empezó prudente, una toma de contacto por parte de los dos equipos, en la que destacaba un poco más la ofensiva y control del Madrid pero sin ocasiones claras.
Casemiro destacó en el primer cuarto de hora recuperando sus habituales balones y oxigenando el juego del Madrid en el centro del campo. El Atleti se mantenía bien posicionado y defendiendo la alguna que otra llegada del equipo blanco. A medida que avanzaban los minutos el partido se convirtió en un recital del Real Madrid en ataque que nunca acaba en la red rojiblanca. ¿Por qué? Porque estaba Oblak, Jan Oblak tuvo que sufrir el asedio merengue durante toda la primera parte para realizar una actuación magnífica manteniendo la portería a cero al descanso tras las arremetidas de Cristiano y Benzema.
Algo muy significativo y para elogiar, ya que el Madrid no se iba sin marcar al descanso desde febrero contra el Villarreal.
Arrastrando la falta de concentración
Como ya tiene acostumbrados a sus aficionados, ya es bien sabido que el Madrid se relaja una vez que cree que ya ha hecho los deberes. Pues el escenario de la segunda parte no cambió mucho y el Madrid seguía a lo suyo hasta que cayó el gol madridista. Un gol de Pepe tras una falta botada por Kroos desde el costado del campo colchonero adelantaba al club blanco en lo que parecía iba a ser un partido de goles que empezarían a caer. Craso error. Pasaban los minutos y el Atleti empezaba a creer y a imponerse en el partido. Se había dado la vuelta a la tortilla.
El primer aviso lo dio Torres en un mano a mano con Keylor que el costarricense atajó con el pie despejando el peligro para la tranquilidad madridista.
A Zidane no le debió gustar lo que estaba viendo y decidió meter a Isco, seguido de Lucas Vázquez, quizá un poco tarde. A cinco minutos para que se cumpliera el 90', Griezmann recibe un pase al hueco dejando a Nacho clavado a contrapié y consiguiendo batir a Keylor por raso. Empataba el Atleti y al Madrid solo le faltaba la siempre presente épica y esperar quizá el gol de Sergio Ramos, pero no pudo ser. El Madrid se dejó dos puntos en el derbi, dos puntos en La Liga, motivando al Barça para conseguir ganar su partido que le colocaría líder.
Zidane vuelve a apelar a la famosa falta de concentración, que quizá empiecen a cuestionarse los aficionados madridistas: “No defendimos bien el pase en profundidad.
Estábamos mal colocados. No se puede decir que el Atlético jugara un buen partido, aunque nosotros lo hicimos regular al final. No creo que fuese nada físico, sino de falta de concentración. Nos faltó defender más juntos y con más energía, pero físicamente estamos bien”.