Los partidos de octavos de final de Liga de Campeones de esta semana han dejado dos panoramas completamente opuestos para los equipos españoles. Por un lado, un F.C. Barcelona que deberá tirar de galones en el Camp Nou para igualar la contienda ante un París Saint-Germain que le endosó un 4-0 en el Parque de los Príncipes, por otro lado, un Real Madrid que hizo los deberes en casa imponiéndose al Napoli por un 3-1 que deja a los blancos en una muy buena posición de cara a la vuelta en el San Paolo.

El París Saint-Germain de Unai Emery sacó a la luz todas las deficiencias que el F.C.

Barcelona llevaba arrastrando desde septiembre. Unas carencias disimuladas por la efectividad de su tridente ofensivo que nada pudo hacer ante el vendaval de juego de los parisinos. Los dos goles de Ángel Di María se unieron a los de Julian Draxler y Edinson Cavanni para firmar la debacle de los blaugranas.

Pese a algunos malos resultados del equipo, nadie se habría esperado ese demoledor 4-0. Los aficionados piden un culpable. Y es la prensa la que destaca un nombre por encima de los demás: Luis Enrique. El técnico azulgrana se ha convertido en el principal foco de las críticas tras los malos resultados cosechados esta temporada. Además, según afirma la COPE, "los jugadores clave están desilusionados con él.

Le ven incapaz de levantar al equipo y encontrar soluciones".

En los últimos años, el F.C. Barcelona no nos tenía acostumbrados a sufrir tanto sobre un terreno de juego. Pero, a lo largo de la historia del club, los azulgranas han cosechado numerosas derrotas europeas similares a la del PSG. Noches como la del cinco de noviembre del 1997 cuando el Dinamo de Kieb, liderado por Shevchenko, se imponía en el Camp Nou por un 0-4 en el grupo C de la Liga de Campeones.

Pero, sin duda alguna, los aficionados culés recordarán aquella final de Champions de 1994 donde el Milán de Capello pasó por encima del Barça de Johan Cruyff con un demoledor 4-0 que les arrebataría el título europeo.

Por otra parte, tenemos al Real Madrid: la otra cara de la moneda. El conjunto afincado en el Santiago Bernabéu se medía al Napoli en otro de los choques de octavos de final.

El encuentro comenzó de cara muy pronto para los napolitanos con un gol de Insigne desde casi medio campo. Pero, lejos de amilanarse, el Madrid demostró que la Champions es su competición. La garra, el esfuerzo y la intensidad mostrada por los pupilos de Zidane tuvieron como resultado el empate de Karim Benzema. Toni Kroos y Casemiro anotaron los otros dos tantos de la zaga blanca: el del alemán, un remate pegado al palo corto, un disparo que repite con asiduidad; el del brasileño, un auténtico golazo de volea desde fuera del área.

La eliminatoria parece que se ha puesto de cara para los intereses del Real Madrid. Pero, aunque ganar por 3-1 en competición europea es un buen resultado, no garantiza el pase a la siguiente ronda.

Si hacemos memoria veremos que defender un 3-1 a favor no siempre le ha salido bien a los blancos. El Real Madrid ha logrado este resultado en un total de ocho eliminatorias europeas disputándose la ida en su estadio: en cuatro logró pasar de ronda y en las otras cuatro cayó eliminado. Pero debemos señalar que, de las cuatro en las que ha conseguido el pase, tres han sido en Champions: dos veces ante el Manchester United y una ante el Barcelona. Ahora toca esperar al partido de vuelta y ver qué cara de la moneda sonríe al Madrid y al Barça: el cielo de cuartos o el infierno de la eliminación.