Creíamos que lo habíamos visto todo hasta que ocurren genialidades como esta. El Baloncesto es toda una cultura en los Estados Unidos, y es muy común ver a equipos de baloncesto de los institutos llenar canchas completas de gente que incluso paga entradas para poder ir a verlos. Esto no ocurre siempre, todo sea dicho. Este año hemos tenido desde principio de temporada un equipo que nos estaba dejando maravillados con su juego irreal. Chino Hills Academy es uno de los institutos de Chino Hills, California, donde han jugado o juegan una dinastía, una familia que tiene como objetivo hacerse con el control hegemónico de este deporte de balón naranja.

Hablo de la familia Ball. LaVall Ball, el padre de todos ellos, está intentando convertir a sus tres hijos en auténticas máquinas de jugar a baloncesto. El hijo mayor, LonZo Ball, actualmente juega en la liga universitaria, NCAA, en la Universidad de UCLA. Es uno de los tres mejores jugadores de todo el país y está previsto que llegue a la NBA este mismo verano. El hijo mediano, LiAngelo Ball, disputa su última temporada en el instituto y se prevé que se una a la plantilla de UCLA este verano justo al terminar la temporada para poder dar el salto a la NBA en 2018. Y luego tenemos al menor y probablemente más prometedor, LaMelo Ball que sólo tiene 15 años. Disputa su segunda temporada en el instituto y ya es capaz de hacer cosas como esta.

El joven LaMelo ha conseguido impresionar a todo el país dejándonos una de las mejores actuaciones a este nivel que se recuerdan en mucho tiempo. 92 puntos ni más ni menos que consiguió anotar este niño prodigio que nos deslumbrará con su talento en varios años a nivel profesional. Esta familia se está dedicando a tomar el trono del deporte y su hijo menor ya ha dado un golpe sobre la mesa dejando un mensaje claro: para jugar a este deporte, hay que pasárselo bien. Hay que decir que la defensa no es precisamente lo que practique este chaval, o por lo menos en este partido, pero las cifras que nos ha dejado, han sido tremendas.