Dos partidos y dos derrotas para Golden State Warriors esta temporada frente a Memphis Grizzlies, parece que los chicos de Fizdale y Marc Gasol son toda una criptonita para estos Warriors, que volvieron a dejar escapar un partido que tenían prácticamente ganado debido a una desconexión que mandó el partido a la prórroga para ser derrotados en los cinco minutos extra de partido frente a unos Grizzlies más motivados que nunca, para conseguir así una victoria muy importante en uno de los campos más complicados de toda la NBA.
El partido comenzaba muy favorable para los Warriors, Curry se calentó muy rápido, 19 puntos en el primer cuarto, y los Warriors ganaban sin problemas; su juego bonito de combinación de pases y canastas espectaculares protagonizadas por Kevin Durant y Stephen Curry.
Nada parecía que iba a salir mal, hasta que se llegó al último cuarto de partido donde ya se mascaba la tragedia que iba a provocar un gran enfado por parte de la afición del equipo de la Bahía de San Francisco.
En los últimos doce minutos de partido, los Warriors lo tuvieron casi imposible para conseguir una sola canasta en juego; los únicos puntos llegaban desde la línea de tiros libres y los Grizzlies comenzaban a creérselo cada vez más, gracias a un Mike Conley que estuvo tremendo en los últimos minutos de partido y que fue el ejecutor de Golden State. Draymond Green era el único que se salvaba, estaba intentando ayudar lo máximo posible a su equipo hasta que fue expulsado del partido en la prórroga por acumulación de faltas, entonces las posibilidades de Golden State se diluían.
En los últimos minutos de la prórroga pudimos ver una broca monumental de Green a Kevin Durant, las jugadas de pizarra no funcionaron, todo a causa de Durant que quiso ponerse la capa y hacer de héroe pero le salió el tiro por la culata. Finalmente, los Warriors consiguen su derrota número seis esta temporada.
No es la primera vez que ocurre este tipo de desconexión y pierden el partido tras haber liderado con una buena ventaja en los minutos anteriores; ya ocurrió en Cleveland el pasado día de Navidad y trajo mucha polémica.