Una vez que anunció su separación con Juan Martín Díaz, no se sabía cómo iba a seguir el futuro de Fernando Belasteguín en el ascendente y evolutivo circuito de pádel. Pero su rotundo éxito con Pablo Lima despejó la duda y demostró algo: el mejor jugador del mundo funciona con cualquier jugador que lo acompañe.
Atravesando la mitad de la temporada de World Pádel Tour, el ritmo lo marcan Belasteguín y Lima, luego de haberse quedado con los dos últimos torneos que se disputaron (Río Gallegos y Valladolid Open). Pero es el jugador argentino el punto a destacar en esta oportunidad, ya que luego de 13 años de reinado junto al gallego Díaz tomó la difícil decisión de cambiar de compañero, demostrando que su calidad y profesionalismo es inigualable.
Aquel lejano debut como profesional en 1995, con tan solo 15 años, ya lo mostraba como un jugador a tener muy en cuenta. Cinco años le tomaría transformarse en el mejor jugador de su país, lo que le valió el llamado para formar dupla con el talentoso Juan Martín Díaz, quien ya era una figura conocida en tierras españolas.
Esta pareja consiguió todo en el pádel, hasta el punto de llegar a la inmortalidad. Fueron los números 1 por 13 años consecutivos, en los cuales obtuvieron 170 torneos sobre un total de 190 finales disputadas. Además, se mantuvieron invictos por un año y nueve meses (entre el 2006 y el 2007). Sin duda, dejaron su nombre escrito en las páginas históricas de este ascendente deporte.
El llamativo anuncio de parte de ambos jugadores comunicando su separación causó sorpresa en el ambiente. Los dos mejores dejaban de depender uno del otro en una cancha, y tomaban rumbos bien diferentes.
Bela no dudó en llamar a Lima, su gran rival en la última década, con quien tuvo las batallas más duras y parejas (el brasileño hacía pareja con Juan Mieres).
Pero ahora, los que tantas veces se habían visto del otro lado de la red, se iban a unir, con la premisa de ayudarse uno al otro.
Una pronta lesión en el hombro pospuso un poco el debut de Lima junto con el oriundo de Pehuajó, quien haría dupla de forma pasajera con Guillermo Laoz, y los resultados volverían a ser óptimos y sorprendentes.
Dos torneos, dos consagraciones (San Fernando e Isla de la Palma Open). Jugara con quien jugara, Belasteguín terminaba festejando, hasta sin tenerlo como la meta principal.
A sus 35 años, Bela sabe que le quedan cuatro o cinco años más para desplegar todo lo que sabe en la cancha. Su nombre ya está grabado en los registros como uno de los más importantes de la historia, aunque tal como lo demuestra en cada partido, este deportista argentino quiere más, y parece que ganará todo lo que se proponga como objetivo.