Lo que muchos llevaban esperando, ¡ha sucedido! Unos investigadores japoneses han afirmado que los gatos reconocen las voces de sus dueños pero prefieren 'hacerse los suecos'. Y es en este momento en el que muchos amantes de los gatos se están preguntando: ¿por qué mi gato pasa de mí y no me hace caso? Y aunque nos duela, la respuesta es clara: tu gato no quiere hacerte caso y prefiere hacer cualquier otra cosa.

La investigación sobre el entendimiento de los gatos

Los investigadores Atsuko Saito y Kazutaka Shinozuka pertenecientes a la Universidad de Tokio quisieron sacar a los amantes de los gatos de dudas e investigar la comunicación entre los gatos y los seres humanos.

La revista que expandió la investigación fue la llamada Cognición Animal.

La investigación se llevó a cabo con 20 gatos pertenecientes a 14 hogares. De los gatos, 19 eran gatos de interior mientras que 1 era un gato de exterior. Y lo sorprendente es que no solo reconocen las voces sino que incluso reconocen los sobrenombres. Los gatos también fueron evaluados para reconocer las voces de sus dueños y para ellos les hicieron escuchar tres voces, luego la de su dueño y otra voz de un extraño.

Se evaluaron las respuesta de los gatos e incluso investigaron los movimientos de las orejas, la cola y la cabeza. También investigaron las pupilas y su dilatación.

¿Qué es lo que se descubrió?

Lo que pudieron descubrir es que hacen caso omiso a las voces de los extraños pero sí que reaccionan con fuerza a la voz de su dueño.

Lo que sí se sabe es que la respuesta del gato (con el movimiento de su cuerpo) fue más un '¿Desde dónde me están llamando?' a un 'Tengo que responder'. Esto lo sabemos porque no cuando maúllan es para comunicarse con los humanos y aquí no lo hicieron.

Ambos investigadores, Saito y Shinozuka, sacaron entonces la conclusión de que nos reconoces pero prefieren pasar de nosotros.

Los gatos tienen varios recursos para atraer la atención de los seres humanos como el ronroneo y el maullar, mientras que en estos casos solo se movieron. Lo que quiere decir esto es que si están lejos de tu gato (fuera del rango de visión), lo normal es que no te hagan caso y sigan a su bola.

Por lo tanto, ahora ha llegado el momento de que hagáis vuestras propias comprobaciones en casa. Llamad a vuestro gato dentro y fuera de su campo de visión y rezad para que gatee hacia vuestros brazos porque si no, quiere decir que se están 'haciéndo los suecos'.