Mucho antes de que se divisaran los primeros "platillos voladores" a mediados del siglo XIX, extrañas luces y fenómenos surcaban los cielos, en ocasiones dejando a los testigos estupefactos por no comprender o encontrar una explicación plausible para aquello que estaban contemplando.

Ocurrió en la víspera del 8 de abril, del año 1665. Mientras los pescadores cumplían con sus quehaceres diarios en la ciudad alemana de Barhöfft (que por aquellos tiempos era de Suecia), se produjeron lo que hoy llamaríamos “apariciones de Ovnis”, y que por falta de terminología aeronaútica en la época, los describen y retratan como buques o barcos que luchaban entre sí en el cielo.

Mas cuando finalizó tal enfrentamiento, otro objeto circular, oscuro, se dejo ver en la misma zona donde se había librado la batalla.

Según el cronista, Erasmus Francisci, quien se ocupó de la noticia en “Der wunder-reiche Ueberzug unserer Nider-Welt/Oder Erd-umgebende”: “Poco después, un cuerpo redondo y aplanado se divisó en el firmamento, similar a un plato, como si de un enorme sombrero se tratase… Tenía un color oscurecido como la luna, cuando volaba por encima de la Iglesia de San Nicolai. Justo allí se mantuvo estático hasta desvanecerse en la noche. Los pescadores, más que alarmados, se negaron a seguir observando aquel espectáculo y cubrieron sus caras con las manos. Durante los siguientes días, los pescadores sufrieron en sus propias carnes extraños temblores así como intensos dolores que se agudizaban en la cabeza, los brazos y las piernas. Ningún erudito supo dar una razón convincente de lo ocurrido”.

Ovnis reales

Se piensa que este es uno de los mejores registros históricos de un avistamiento ovni, sin embargo no ha sido la primera vez que se haya reportado un evento de características parecidas. Sucesos análogos tuvieron lugar en Núremberg allá por 1561 o pocos años más tarde en Basilea (1566), ambos también etiquetados como “batallas celestes”.

Varios investigadores han sugerido diferentes explicaciones científicas para el avistamiento masivo de Barhöfft. Desde espejismos y otros extraños fenómenos celestes, como el denominado Fata Morgana, hasta el movimiento sincrónico de bandadas de pájaros dibujando formas y contornos.

En 2015, a través de la revista EdgeScience, Chris Aubeck y Martin Shough, tras analizar el caso a fondo, descartaron que se tratara de espejismos o efectos lumínicos producidos por el Sol. Así que el enigma continúa abierto, por el momento.