Cristhian Hova es un ilustrador peruano que aseguraba haber realizado trabajos para la revista estadounidense The New Yorker, artes que causaban impresión en las redes sociales. Sin embargo, sus días se oscurecieron cuando una investigación hecha por el periodista Diego Salazar demostró que dichos trabajos para la revista americana nunca existieron.
Salazar, es seguidor de The New Yorker, pero no recordaba haber visto antes las ilustraciones de Hova en su contenido. Ello no era motivo para dudar, lo que sí lo llevó a hacerlo fue revisar el archivo digital de la revista y para su sorpresa encontrar que el trabajo del artista era inexistente.
Su interés por saber si se trataba de un error o no, indagó más. Descubrió que el propio Hova compartía en sus redes sociales sus supuestas ilustraciones publicadas en la revista. Aunque de nuevo, Salazar se encontraba con que estas no reposaban en el archivo digital y tampoco en las versiones impresas de The New Yorker.
Las incongruencias continuaban mientras el periodista seguía investigando. Hova había sido entrevistado por varios diarios peruanos, donde afirmaba que The New Yorker lo había contactado para realizar los trabajos. Entonces, ¿qué ocurría?
Salazar estaba decidido a salir de dudas, para ello contactó a una asistente editorial de la editora de la revista llamada Genevieve Bromes, quien a través de un e-mail le informó lo siguiente: “Hasta donde tengo conocimiento, puedo afirmar que este artista no tiene relación alguna con The New Yorker ni con sus portadas”.
Posteriormente, el periodista se comunicó con los medios impresos que habían realizado entrevistas a Hova, informándoles lo que había descubierto. Tras enterarse, los comunicadores se percataron que habían sido engañados.
La investigación fue divulgada en el blog de Salazar bajo el título: “El ilustrador peruano que no publicó en New York Yorker”. Este contenido es el que Hova nunca hubiese querido leer, allí salió a la luz la verdad.
Las reacciones no se hicieron esperar.
Horas después, el ilustrador peruano admitió en sus redes sociales que había mentido, al tiempo que se disculpó por lo sucedido. Aseguró que no hablaría más del tema.
Las cuentas en redes sociales en las que Hova compartía continuamente sus ilustraciones, recibía comentarios de sus seguidores y amigos fascinados por sus artes, ahora no se encuentran disponible y han sido desactivadas.