Después de que surgiera el rumor de que, durante el año 2017, hubo una nube radioactiva sobre el continente europeo, ahora, se ha revelado cuál era el origen de esta nube que, en su momento, se decidió mantener en secreto. Sería el lanzamiento al aire de material con capacidad radiactiva más importante desde el accidente de Fukushima, del año 2011.
Lo más grave es que se mantuvo en secreto y la población no se percató, en ningún momento, de la existencia de la mencionada nube que ponía en riesgo su salud.
Un grupo de científicos europeos están detrás de la investigación para entender la causa de esta nube radiactiva
Un equipo de investigadores del continente europeo ha decidido publicar los resultados de una investigación científica sobre una nube, con cierta capacidad radiactiva, que habría recorrido todo el continente europeo durante el mes de septiembre del año 2017. Esta nube sería el lanzamiento al aire de material tipo radioactivo más importante desde el accidente de Fukushima en el año 2011, aunque la ciudadanía no se percató de nada ni se publicó en los medios de comunicación.
El estudio completo ha sido publicado en una revista científica después de llevar a cabo un análisis de una cantidad superior a las 1.300 mediciones en distintos puntos del continente europeo y de otras regiones del mundo para poder descubrir cuál fue la causa de la nube radiactiva.
El resultado de la investigación ha sido claro: la nube no fue por consecuencia de un accidente en un reactor, habría sido por un accidente que habría tenido en una planta de una central nuclear.
Se sospecha que la liberación de la nube fue en la instalación nuclear de Majak, en Rusia, aunque no se puede determinar al 100%
Pero, el origen exacto de la nube radiactiva es muy complicado de determinar.
Por los puntos de medición recopilados y los resultados obtenidos, se sopesa que el punto donde la nube fue liberada sería en una instalación nuclear en la zona sur de los Montes Urales, lo más seguro, en la instalación Majak.
Pero, hasta este momento, ningún Estado ha dado un paso y ha asumido la responsabilidad de este accidente que puso en riesgo considerable a los ciudadanos europeos durante el otoño del año 2017.
El incidente no provocó ningún tipo de riesgo para el estado de salud de los ciudadanos del continente europeo.
En total, la investigación ha sido llevada a cabo por un equipo formado por 70 expertos de todos los países del continente europeo, y se basaron en las mediciones del radio-106 radiactivo. Estas mediciones demostraron que había tenido una mayor liberación de radiactividad de una planta que se encarga de reprocesamiento de tipo civil. Los valores del otoño del año 2017 eran cien veces mayor que los mismos niveles durante el accidente de Fukushima.